Opinión

Día Internacional de la Educación

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. Foto: (Especial)

El 24 de enero es nombrado por la UNESCO, organismo de la ONU dedicado a la educación y la cultura, como el Día Internacional de la Educación. “La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.”

La Asamblea General de las Naciones Unidas en este día exalta el papel fundamental que tiene la educación para la construcción de la paz y el desarrollo de todas las sociedades. Es por medio de la educación que es posible romper los ciclos de rezago, pobreza, miedo y conductas negativas. El lema de este año es “aprender para una paz duradera”, en ocasión a los tristes conflictos violentos en el planeta y al aumento acelerado de las incitaciones al odio. Actualmente, además, los actos y discursos de violencia trascienden las fronteras y suceden tanto offline como online.

La Recomendación de la UNESCO sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible sostiene que el aprendizaje para la paz debe contribuir proveyendo a las personas de los conocimientos, valores, actitudes, instrumentos y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades.

La calidad y contenidos de los programas educativos a cualquier nivel son fundamentales para que una sociedad aspire a valores tan importantes como la adquisición de conocimiento, la preparación, el trabajo, el fomento del refinamiento de la conciencia, el aprecio de lo estético en todas las manifestaciones del arte y la cultura, el crecimiento personal y la contribución a la sociedad como personas creativas, más completas y felices.

La educación no sólo de menores, sino de jóvenes, adultos y adultos mayores, es la herramienta más efectiva para la construcción de un futuro no sólo sostenible sino generoso y bondadoso para todos. Invertir en educación de calidad para los ciudadanos -muy diferente al adoctrinamiento- que les provea de las competencias para desarrollar sus talentos, sus dones y habilidades, para el auto-conocimiento, para fortalecer sus áreas de oportunidad, para romper sus limitaciones y prejuicios, y para generarles la confianza suficiente hacia el logro de sus metas, es vital para tener significado y sentido como individuos y comunidades.

Cuidar que siempre tengamos al alcance y abiertas las puertas de acceso a la educación universal, es garantizar que tengamos libertad en el sentido más amplio de la expresión. Por esto, y ante la urgente necesidad de pacificar al mundo, requerimos comprender la importancia de este tema y, principalmente, llevarlo a la acción en todo lo que esté en nuestras manos. Como lo afirmó el gran educador y bibliotecario John Dewey “la educación no es una preparación para la vida, la educación es la vida misma”.

Nunca es tarde y siempre es tiempo de aprender, de autoinstruirse, de querer saber, conocer, de leer, de tener curiosidad, de pensar, de aplicar la lógica, de educarnos, de expandir la conciencia, de hacernos de conocimiento, de fortalecer nuestra inteligencia, y de comenzar de nuevo con el inmenso e insustituible poder de la educación universal.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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