Por Verónica Corral Berumen
Y, por supuesto, los buenos deseos y bendiciones se escuchan todo el tiempo. Surgen los buenos deseos que nos damos unos a otros, “te deseo abundancia”, “te deseo salud”, “amor”, “bienestar”; “te deseo que tus deseos se cumplan”.., y es así que deseando lo mejor a nuestros amigos y familiares pasamos por alto a la persona más importante, “TÚ”, yo me deseo…
¿Qué deseas para ti?
Te pregunto y pido respondas con la mayor sinceridad que te sea posible. Haz un alto y piensa, realmente “¿qué es lo que deseo para mí?” ¿Qué estás dispuesto a llevar a cabo o, modificar, o fortalecer o, a dejar atrás en este año para ti?
De acuerdo con la pirámide de Maslow todas las personas hemos de cubrir ciertas necesidades y les daremos más o menos peso según el momento en el que nos encontremos y, en la medida que consideremos que están siendo cubiertas. Entonces tenemos las necesidades:
- Físicas o fisiológicas (alimento, agua, descanso, etc.)
- Las de seguridad (la vivienda, el empleo, estar y sentirse en un ambiente protegido, etc.)
- Las de pertenencia (amistad, amor, saberse que se es parte de algo, etc.)
- Reconocimiento (el éxito, la confianza, el respeto, la valoración, etc.)
- Autorrealización
Imagina que estas necesidades las relacionas con algo que deseas. Desearías mejorar figura, tu nutrición, tener tiempo para descansar o bien, puedes desear para este año emprender una actividad nueva, como un negocio propio o cambiar tu fuente de ingresos o, formar parte de un voluntariado o afiliarte a una organización o, tal vez darle un respiro a tu corazón.
Tú, ¿qué deseas para ti?
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Estando en el primer mes del año no hay mejor momento para dar el primer paso e invertir en tu salud emocional y en tu salud mental, en apostarle a fortalecer tus relaciones, sean con amigos, del trabajo o con la misma familia, incluso porque no decirlo, que este año sea el inicio de una nueva forma de relacionarte contigo mismo, de tratarte con más comprensión y menos exigencia, de mirarte con más amabilidad y menos determinismo, de escucharte con más atención y menos juicios, de permitirte experimentar y sentir sin señalamientos y esos miedos paralizantes, qué tal si te das la oportunidad de vivir más ligero y disfrutar cada instante como si fuera tú último encuentro, ¿cuidarías más las palabras que dices y que expresas?, que, si gritas, tus gritos sean un regalo de sonrisas, prudencia y alegría. Que la tempestad de la vida llene de esperanza, compasión y aliento tu voz.
¿Qué tal si te deseas elegir empezar a ser tu mejor versión?, solo mientras tus ojos se mantienen parpadeando. Que tu voz sea escuchada para generar paz, armonía, calma, esperanza, aliento, empuje con cada persona que roce y, así sea también para ti. Te deseo, que desees crecer en tu persona.
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