Resulta verdaderamente grave y lo es porque vivimos en una sociedad digital absolutamente en el que hemos visto como las vulnerabilidades avanzan al mismo ritmo en que avanza la tecnología y que ha impacta desde gobiernos hasta las empresas más grandes del planeta que cuentan con esquemas de seguridad cibernética impresionantes, de tal manera que tanto a nivel internacional como a nivel local se deben buscar las vías de resguardar toda la información en manos de gobiernos o de particulares.
Desde luego que la protección de la libertad de expresión es prioritaria para un gobierno democrático como el que tenemos en que se han permitido las voces disidentes o que simplemente no están de acuerdo con una visión de Estado, de tal manera que no sólo se queda en una mera preocupación, sino que se están tomando cartas en el asunto para encontrar a las personas responsables de la filtración o la forma en que se pudo acceder a un sistema de datos.
De igual manera, es fundamental hacer sentir seguras y seguros a quienes se dedican a tan importante labor y que han demostrado que son una vía de información a la población en general cuando se conducen con profesionalismo y honor a la verdad como pilares del noble oficio del comunicólogo o los informadores.
Parte de la necesidad de contar con una prensa objetiva y puntual va de la mano de establecer las garantías necesarias para que, quienes se dedican al periodismo, se sientan seguros de decir lo pertinente sin necesidad de temer por su vida por ningún grupo criminal como ha sucedido lamentablemente en las últimas décadas, en que se arriesga la vida en el afán de informar.
Es importante que, con este antecedente, el Gabinete de Seguridad tome medidas correctivas y preventivas para que este tipo de cosas no queden impunes y se puedan rescatar los datos peor, además de ello, ver de qué forma se pueden implementar candados para que quienes hacen mal uso de datos personales, se vuelvan apropiar de información que el gobierno ha resguardado con respeto y profesionalismo.