No es el frío

Frío activa alerta amarilla para alcaldías de la Ciudad de México
FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

Por mucho que nos desagraden las bajas temperaturas (a mí me gusta este clima, debo confesarlo) esa no es la causa de la súbita aparición de enfermedades respiratorias que parecen llenar en las últimas semanas oficinas, escuelas y otros centros públicos de reunión.

Si algo pudimos aprender durante la pandemia es que el poder de contagio puede ser veloz y enorme. Para evitarlo debemos tomar precauciones que ya podrían ser rutinarias como usar de nuevo el cubrebocas, aplicar gel antibacterial, toser y estornudar en el hueco del brazo, entre otros que fuimos incorporando a nuestros hábitos no hace mucho.

Claro que el clima influye, pero también lo hace el que pensemos que hemos regresado a la época de los resfriados comunes o de las simples carrasperas. Ese tiempo pasó y cada año nos enfrentamos a inviernos más crudos y, en consecuencia, a temporadas en las que las enfermedades respiratorias pueden convertirse rápidamente en padecimientos graves.

Los casos de laringitis, bronquitis, neumonía, influenza y covid, no son solo estacionales, sino que pueden registrarse todo el año, sin importar la temperatura. Es decir, debemos cuidarnos siempre y tomar medidas para cuidar a los demás. La recurrencia de estos padecimientos no nos debe hacer pensar que son enfermedades normales, porque ninguna lo es, si tenemos claro que lo importante es gozar de buena salud, que es la ausencia de cualquier molestia física y mental.

Así que no hay catarros leves o ronqueras de fin de semana, mucho menos ahora que se ha sumado una nueva enfermedad, altamente contagiosa, y con variantes que mutan casi cada mes, como la covid. Por eso es tan relevante continuar con la vacunación masiva y con las medias sanitarias personales y familiares que nos permitan pasar estos periodos sin padecimientos graves.

Prevenir es hacer todo lo necesario para que lo que nos afecta no suceda. Si ocurre, aunque sea en lo mínimo, fallamos en la prevención. Aunque la ciencia avanza todos los días, todavía nos falta mucho por aprender de la mayoría de los microorganismos con los que compartimos la vida en el planeta. Para garantizar una vida saludable, lo principal es tener hábitos y comportamientos correctos.

Tratar de evitar las restricciones de comportamiento que nos impuso la pandemia es comprensible, pero estas semanas nos tuvimos que convencer de que llegó la hora de, nuevamente, viajar en el transporte público con cubrebocas, cargar con una botellita de gel en la maleta o en la bolsa, y de no estornudar o toser en la cara de nadie.

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Acudir al médico, no autorecetarnos, ni consultar tratamientos en línea, son medidas que debemos mantener en las cuatro estaciones. Justo cuando llegue la primavera llegarán las alergias y para el verano deberemos estar al pendiente del dengue y otras enfermedades similares. El otoño trae otras complicaciones y, en un abrir y cerrar de ojos, hará frío otra vez.

Perseguimos la salud como si fuera una coartada para seguir siendo jóvenes. Solo hasta que enfermamos, tristemente, comprendemos el valor de vivir sin molestias, ni dolores, que nos impidan hacer lo que debemos o lo que nos gusta. Las arrugas, terminan siendo lo de menos.

El gran activo de la vida es la salud y la mayor tranquilidad es la salud de las personas que queremos. Recuperemos los buenos comportamientos que aprendimos de la pandemia y agreguemos otros para que, en temporada de frío o de cualquier otra temperatura, estemos prevenidos, cuidados y cuidando a todos los demás.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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