Hoy se conmemora el aniversario número 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), Ley Suprema del sistema jurídico mexicano, promulgada el 5 de febrero de 1917 por Venustiano Carranza en el Teatro de la República en la ciudad de Querétaro.
En este valiosísimo documento integrado por 136 artículos, se prevén los principios y objetivos de la nación, la existencia de los órganos de autoridad, sus facultades y restricciones. Se encuentran también consagrados los derechos de los ciudadanos y los mecanismos para hacerlos valer.
De acuerdo con el artículo 87 de dicho ordenamiento el presidente de México, al tomar posesión de su cargo, tiene la obligación de presentar ante el Congreso de la Unión la siguiente protesta: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande.”
Esto implica el compromiso del titular del Poder Ejecutivo Federal para cumplir con las obligaciones previstas en la CPEUM y las leyes. Sin embargo, López Obrador ha sido incapaz de respetar y honrar su propia palabra, él no sabe de legalidad ni de deberes. Se ha dedicado a violar de manera sistemática la Constitución desde que asumió el poder, y lo mismo hacen los gobiernos estatales y municipales de morena. ¡Son un peligro!
Todos los días el inquilino de Palacio toma decisiones, dicta instrucciones y emite decretos que contravienen la Carta Magna y lo peor del caso es que no existen acciones oficiales que lo sancionen.
Entre los ejemplos más graves de violaciones a la Constitución por parte de este gobierno morenista, encontramos la instrucción formulada a los diputados de morena de tirar el proceso de selección de cuatro consejeros del INE, la liberación de “El Chapito”, la irresponsabilidad respecto al manejo de la pandemia y su desinformación diaria, sin respetar los ámbitos de responsabilidad, la negativa de entregar medicinas a niñas y niños con cáncer, la desaparición de las Normas Oficiales Mexicanas en materia de salud, y la destrucción de todo este sistema.
Sin irnos más lejos, en sus conferencias matutinas, el inquilino de Palacio agrede, difama y humilla a particulares y a quienes no piensan como él. Además, gira instrucciones para que alguna Secretaría o las Fuerzas Armadas hagan o dejen de hacer algo.
Lo más grave y doloroso de las mentiras y la incompetencia de López Obrador, es la inacción del Estado frente al crimen y la violencia. La política de los abrazos implica un grave incumplimiento a la Constitución que ha ocasionado la muerte de más de 150 mil ciudadanos, la desaparición de por lo menos un mexicano cada hora, 11 feminicidios diarios y una serie de infanticidios desgarradores. ¡Esta situación debe terminar ya! Al tiempo…