Para muchos, la continuación del Verano del 68 fue la época Rave de los años 90. Una época en la que estábamos aprendiendo de la apertura, la inclusión y el abrirse a otras formas de expresarnos. Si bien en la cultura popular esa época se relaciona con nuevos estupefacientes, la realidad es que los grandes raves noventeros eran lugares donde la juventud podía ir a bailar, pasarla bien y olvidarse un poco de lo que sucedía en el mundo.
Estos raves crecieron en Inglaterra y Estados Unidos: como suele suceder, el gobierno no veía con buenos ojos que los chicos de esos años se reunieran en lugares clandestinos a bailar y a pasar toda la noche escuchando música electrónica. Fue ahí donde nuestra historia comienza: el DJ Steve “Kool-Aid” dirigía uno de estos lugares que eran, por decir lo menos, humildes y undergrounds, bodegas en las que cabían unas 500 personas, algunas de ellas menores de edad y en donde bailaban toda la noche. Le iba relativamente bien y tenía mucha fama en su comunidad.
En 1997 un promotor se le acercó para ver si podían llevar este concepto a las grandes masas. Era Pasquelle Rotella, co fundador de Insomniac Events. Les salió bien la alianza: decidieron hacerlo bien, dentro de los límites de la ley y en su primera edición juntaron a 5 mil personas en el Shrine Hall Expo de Los Ángeles. Bautizaron al evento con un nombre que todos conocemos hoy: EDC, Electric Daisy Carnival, una celebración a la libertad y a la juventud.
El EDC tiene una filosofía que en inglés lleva las siglas “PLUR”: Peace, Love, Unity and Respect. Desde un principio dejaron claro que lo que ellos buscaban era mantener este espíritu de inclusión entre todas las tribus urbanas, sea quien sea, sin discriminación de ningún tipo. Crear espacios seguros en donde las personas pudieran conectarse sin temor, y privilegiando la creatividad.
El éxito del EDC ha llevado de ser un evento pequeño a reunir a millones de personas en todo el mundo: California, Colorado, Nueva York, Texas, Puerto Rico, Reino Unido, India, China, Japón, Corea del Sur y por supuesto, México. Nuestro país ha sido sede del festival desde 2014 y sobra decir que el público mexicano lo ama con locura: de hecho el EDC México es el festival en el que más personas compran boleto. Es una plataforma importantísima para los organizadores y en dónde se han presentado grandes nombres del movimiento: Avicii, David Guetta, Tiesto, Paul Oakenfold, Skrillex y más.
Asistir a un EDC no es ir a un concierto más: es toda una experiencia que lleva meses de preparación. Los escenarios son impresionantes, la pirotecnia, luces, instalaciones es de lo mejor que hay en el mundo. Y los asistentes no demeritan la experiencia: la ropa, los accesorios, los peinados, todo todo todo se conjuga para que sea un evento sin paralelo.
¿Se les antojó? Este fin de semana este festival cumple 10 años en México y el cartel se ve increíble en el que se destacan nombres como Steve Aoki, Armin Van Buuren o Alan Walker. ¿No tienen la oportunidad de asistir? Recomiendo que vean el documental “Under the electric sky” que sigue la edición de Las Vegas. Una maravilla audiovisual que les animará a que el próximo año aparten su lugar para vivir bajo este cielo eléctrico de amor.