Cada vez es más conocida y reconocida la información sobre las emociones o el cuerpo emocional y la necesidad de su atención para una vida plena. Sin un cuerpo emocional saludable, es complicado que logremos disfrutar de todo lo que tenemos o hacemos, y también, nos resulta menos fácil tomar decisiones propias, tener fuerza de voluntad o mantener nuestras motivaciones y entusiasmo desde nuestra propia luz interior.
Desde el momento en que nacemos hasta los 11 años, hay un intercambio continuo de energía emocional y química entre el infante, sus padres y su entorno inmediato con todas las personas con las que entra en contacto, desde familiares hasta maestros de escuela, y de la calidad del amor recibido dependerá casi en total medida la salud del cuerpo emocional de ese adulto futuro.
Dependiendo de muchos factores como el biotipo de cada persona, la forma de traducir los eventos, las experiencias de las etapas de su vida, y el amor suplementario de su medio, se irá reforzando la postura ante adopte ante las circunstancias: ya sea como víctima o como creador. Esto es muy importante puesto que, una vez que somos adultos, tenemos que tomar conciencia para construir nuestras vidas.
Es fundamental que conozcamos, estudiemos, analicemos, pero sobre todo sintamos qué resultados tenemos sobre lo que decimos que queremos, y desde dónde lo estamos creando. Le aseguro que puede irse para atrás cuando descubra que ¡muchas áreas de su vida las está generando desde una postura de victimismo en alguna medida! Y esto puede funcionar por algún tiempo, o para ciertas cosas, pero realmente nunca va a permitirle crear una vida desde su verdadero potencial proyectando lo mejor de usted y también, por ley de correspondencia, recibiendo lo mejor de los demás y de la vida en real libertad.
Lo más limitante de vivir victimizados, es que difícilmente podemos sintonizar con nuestro verdadero propósito y sentido, y esto suele ser peligroso puesto que nos genera una sensación de vacío que tenemos la necesidad de llenar, ya sea con personas, hábitos no saludables, excesos, obsesiones, sectas, ideologías, fanatismos, todo tipo de apegos, etc. Es decir que nos volvemos ajenos a nosotros mismos y permitimos que otros nos manipulen y alimenten nuestra postura de victimización, de siempre buscar o esperar de afuera lo que realmente está dentro, y dejarnos en un modo muy pasivo y esperando ser rescatados.
¡Mucho ojo con esto! Recuerde siempre que su energía es sumamente valiosa, toda su energía: su tiempo, su trabajo, sus bienes, pero, sobre todo, su mente, sus emociones, su atención. Busque salir de la zona de víctima, tal vez al principio cuesta un poco desacostumbrarse, pero al final ¡vale todo el esfuerzo! Pues, aunque parezca que tenga usted mucho trabajo por hacer, en realidad lo que está sucediendo es que está tomando total responsabilidad por sus creaciones.
Esto es lo que verdaderamente le dará poder, pues si usted es consciente de que es creador de su realidad, comenzará a tomar el camino de la libertad, la libertad de crear su vida y expandirla con las posibilidades de sus sueños y anhelos. Recuerde también que la naturaleza de la vida es la expansión, hay un movimiento de muerte, contracción y renacimiento, pero siempre en constante expansión y crecimiento. Sólo desde nuestro YO creador con la fuente, nunca desde la víctima, somos capaces de vivir plenos, libres y felices.