Opinión

¡Día Internacional de la Felicidad!

.
Foto: (Especial)

El 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad, nombrado por la Organización de las Naciones Unidas desde el año 2013 para reconocer el papel importantísimo que tiene la felicidad en la vida de las personas. Desde el año pasado, se ha anunciado por este organismo que la felicidad en nuestros días está seriamente amenazada, puesto que la construcción de la felicidad requiere de valores fundamentales como la amabilidad y la compasión, especialmente en tiempos de crisis.

El Día Internacional de la Felicidad exalta la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos. Es muy interesante que la felicidad como concepto sea tomada en cuenta como una condición para vivir. Se han cambiado muchos paradigmas en el mundo sobre condiciones hostiles o sobre la idea del sufrimiento como medio para ser buenos, o para merecer algo bueno. Esto nos permite ampliar nuestras ideas colectivas sobre la autoestima, y sobre la dicha humana y, con esto, ensanchar nuestro recipiente para poder ser generadores de felicidad y poderla recibir.

Hay muchísimas cosas que podemos hacer como generadores de felicidad partiendo desde una buena salud mental compuesta de distintos factores como: alta calidad del sueño, relaciones sanas, ejercicio físico, actividades recreativas sanas, atención emocional, vida espiritual, armonía con la pareja, hábitos de higiene, alimentación nutritiva, amistades positivas, actividades creativas, y otros, que se conectan con todos los demás aspectos de la vida, cuya retroalimentación hace que todo funcione en armonía para nuestra felicidad.

Una actitud positiva, que nos permite caminar el día a día, se sostiene también de centrarnos en lo que tenemos en común, en lugar de en lo que nos divide. Operando en un círculo virtuoso, está comprobado que las emociones positivas promueven la buena salud, y la salud es la base para sentirnos bien. Y, por el contrario, cuando mantenemos emociones negativas como la ira crónica, la preocupación y la hostilidad aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades. Se ha demostrado científicamente que gran parte de la construcción de nuestra propia felicidad se realiza en la región prefrontal del cerebro desde donde podemos elegir con conciencia cómo nos queremos sentir y, muy importante, cómo vamos a solucionar los retos que tenemos enfrente, sin actuar visceralmente ni desde el enojo.

La felicidad realmente se edifica, no es algo que se obtenga con cosas, situaciones, personas u objetos específicos, es un estado de conciencia, un fenómeno compuesto de todos nuestros aspectos, tampoco es un momento de chispa que se abre espontáneamente y se queda para siempre. El Gross National Happiness, de los Estados Unidos, es parte del creciente movimiento global para poner la felicidad y el bienestar en el centro de nuestra toma de decisiones.

Lo hermoso de “ser felices” es que realmente significa una realización desde el Ser, algo que valoramos mucho más porque lo hacemos conscientemente y con el poder de nuestras elecciones. Por eso se dice que venimos a ser felices, porque esto representa estar vivos, tener metas, entusiasmo, herramientas, ir hacia adelante, expandirnos y alcanzar lo que soñamos con todo lo que somos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último