Se deben tomar las acciones más estrictas posibles dentro del ejercicio adecuado de la diplomacia, ya que México se ha caracterizado ser un país responsable, solidario y justo en sus determinaciones al exterior. Nos hemos caracterizado como país en brindar el apoyo necesario para la gente de otros países que se encuentra en desgracia, además de potenciar y robustecer en todo momento el derecho a la libertad de expresión.
Hemos tenido diferencias con otros países y es precisamente la diplomacia lo que ha sacado adelante a nuestro país, generando lazos de amistad, de trabajo y de comercio con países, además, hermanados por nuestra condición de latinoamericanos, lo cual hace incomprensible, desde cualquier punto lo que ha sucedido en Ecuador y el trato tan despreciable que han vivido nuestros y nuestras connacionales que sólo hacen su trabajo.
No hay necesidad de profundizar en una crisis que vive de por sí el pueblo ecuatoriano para con el cual tenemos sólo palabras de respeto y acciones solidarias para que puedan sortear uno de los momentos más difíciles de su historia, pugnando porque se respeten las libertades y se protejan los derechos más allá de cualquier visión política o necesidad de posicionar gubernamentalmente a una u otra ideología.
Tan es real el descontento en nuestro país y tan sustentado está en las normas internacionales que la condena vino de muchos otros países y de la propia ONU, quien calificó de “muy grave” el asalto a nuestra embajada, propiciando que líderes internacionales de prácticamente todos los países del mundo, desde Canadá hasta Chile, incluida la Unión Europea en general, señalaran que ese tipo de actos son reprobable sen aras de mantener la paz y el respeto internacional.
Más allá de diferencias ideológicas, los países tienen libertad configurativa y de expresión, de tal manera que esperamos que ese capítulo internacional pronto terminé de la mejor forma, respetando a nuestro país y enalteciendo valores comunes a un planeta que busca mayor inclusión y no más división.