Opinión

Atravesar una pena

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Foto: (Dreamstime)

Es verdad que lo que no te mata, te hace más fuerte. Al nivel que se aplique, ya sea de forma muy privada e individual, o de forma grupal y colectiva, es importantísimo que tengamos presente que todo reto implica crecimiento.

Si usted sufre una pérdida -de cualquier situación- de personas, del estado de salud, de relaciones, empleos, lugares, de etapas, de formas de vida, en fin, de todo lo que le represente un cambio significativo en la vida, la forma menos pesada y más fácil de superarla de acuerdo a los expertos es, primero, permitir que el estado de shock ocurra sin juicios, porque es perfectamente normal sentir una especie de desgarramiento interior por aquello que se pierde, y es fundamental que no nos maltratemos por lo que sentimos.

Después tenemos que aceptar lo que está ocurriendo, ¡esto es vital! Tratar de no estancarse en la negación, evitarla lo más posible, porque es hasta que la negación termina que somos capaces de aceptar lo que está ocurriendo, y sólo con la aceptación se logra ir avanzando. Debemos permitir las emociones que surgen del dolor de lo que hemos perdido, como la ira, la desesperanza, la tristeza, la confusión, pero sin aferrarse a estas, sino dejar que sigan su curso natural, porque lo hacen, siempre y cuando estemos dispuestos a atravesar el proceso.

Cuando vivimos un duelo, el tiempo parece lento porque las emociones (la energía en movimiento) que este nos produce, están en frecuencias igual de lentas, como espesas, pero no por esto quiere decir que no pasarán, principalmente si nos permitimos el desahogo, que es perfectamente normal. Como reza el viejo dicho: el dolor es necesario pero el sufrimiento es opcional, así que depende de nuestra elección de aceptar, llorar, y estar dispuestos a sacar lo mejor de lo que estamos viviendo, que atravesaremos el duelo de mejor manera.

Después hay que hacer una revisión consciente de qué fue lo que sucedió, no para buscar culpables afuera, sino para hacernos responsables de nuestra participación, si es que la hubo, e intentar comprender que lo que ocurrió ya pasó y que seguramente tiene una lección de la que podemos aprender muchísimo. Como decía el gran maestro Osho, todo puede ser una bendición o una maldición disfrazada, y aquello que parece ser terrible, al tiempo descubrimos que fue una gran protección y lo que parecía ser magnífico puede resultar en algo muy negativo.

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Lo más importante es atravesar con aceptación y el espíritu engrandecido todo lo que haya que enfrentar, porque si está ahí, es porque vino a enseñarnos algo, y entre más abiertos al crecimiento y a la acción propositiva que se requiera de nosotros estemos, mucho mayor será nuestra capacidad de sobreponernos. Y por supuesto, estar conscientes de que nadie, absolutamente nadie afuera de nosotros debe ser ni debe tener más poder que el valor de nuestra esencia, de quienes somos, y de lo que podemos alcanzar.

De hecho, son los tiempos adversos que nos permiten conocer y reconocer la grandeza, la fuerza, el arrojo y el aplomo de los que somos capaces, y esto, siempre de los siempres, será profundamente nuestro, nadie nos lo puede robar, y siempre será para algo mucho mejor.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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