Por DZ
Nadia Comaneci, la gimnasta que nos robó el aliento, la que ganó cinco medallas de oro, tres de plata y una de bronce, sumando un total de nueve medallas en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976. La que obtuvo el primer 10 perfecto en la historia de la gimnasia olímpica y la convirtió en una figura icónica.
En nuestra época, la mayor parte de los esfuerzos estaban centrados en dominar, adiestrar y conquistar el cuerpo para llegar a la excelencia ganando medallas, el valor del trabajo emocional no era importante.
La disciplina de un gimnasta es férrea, se necesitan cientos de horas para poder conquistar el cuerpo, cayendo una y otra vez hasta lograrlo, lastimándose en tantas ocasiones. Esto incluye someterse a dietas estrictas, revisando el peso en una báscula todos los días. Se deja de lado la diversión, disfrutar de las fiestas en familia o salir con los amigos, porque los duros entrenamientos comienzan a las 5:00 am, para después asistir a la escuela, salir a entrenar nuevamente y regresar a hacer la tarea. En la mente se les fija que sólo competir y ser el mejor es lo que importa.
Nadia no tuvo apoyo emocional, por el contrario, sus entrenadores Bela y Marta Karolyi, la sometían a ella y a sus compañeras a abusos psicológicos constantes, incluyendo insultos, humillaciones y maltrato físico. Vivían bajo una presión constante para rendir al máximo nivel. Cuando quiso dejar el deporte debido a la presión, no se le permitió hacerlo. El semblante de ella y tantas otras chicas de ese tiempo, muestran rostros duros con pocas sonrisas.
Y aun así, sin ningún tipo de apoyo emocional, una niña en pleno desarrollo físico y psicológico, logró ganar la cantidad de medallas que ganó.
Los tiempos han cambiado y hoy es tan importante el estado físico del cuerpo del atleta, asi como el mental. Simone Biles, gimnasta de los Estados Unidos, abrió una brecha durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando se retiró de varias competencias, incluida la final por equipos, para concentrarse en su salud mental y no poner en riesgo su salud y bienestar. Su decisión fue ampliamente criticada, los medios la acosaron, el público quedó decepcionado. Su familia, entrenadores y equipo la abrazó, y ahora, regresa a los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
Hoy, en los atletas de alto rendimiento, se reconoce la importancia de la salud mental y su relación con su desempeño. Cada vez en más casos, se prioriza su atención, se reduce el estigma y se trabaja en un sistema de apoyo emocional para los atletas y sus entrenadores.
Con el propósito de una relación equilibrada entre el rendimiento y la salud mental, el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 implementó “Mentally Fit”, una línea de ayuda para los atletas con acceso las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para recibir apoyo psicológico inmediato. Además, cuentan con psicólogos deportivos y consejeros en las instalaciones olímpicas para proporcionar asistencia directa a los atletas, asegurando un entorno de apoyo constante.
Los comités olímpicos y las federaciones deportivas han comenzado a incluir programas de salud mental en sus planes de apoyo a los atletas, institucionalizando el apoyo psicológico como una parte crucial del bienestar de los deportistas.
Estas iniciativas reflejan un enfoque integral para asegurar que los atletas puedan desempeñarse al máximo sin comprometer su bienestar mental.
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