¿Qué debemos hacer las y los legisladores de Nuevo León? Todo, cumplir la ley, trabajar de sol a sol, actuar con sensatez y profesionalismo, pero la respuesta se puede simplificar estableciendo una regla básica y no negociable: a Nuevo León le tiene que ir bien.
Eso tiene que ser lo más importante para las y los diputados, y para cualquier funcionario público, porque nada ni nadie puede estar por encima de esta regla. Ni los intereses personales, ni los grupos políticos, ni las aspiraciones de unos cuantos, y mucho menos los intereses ajenos a nuestro estado. A Nuevo León le tiene que ir bien y punto.
Eso lo tenemos que decir fuerte y claro, para que lo escuchen las y los diputados, los que están ahora y los que estaremos en la próxima legislatura. Porque sin importar colores, al Congreso le toca jalar para que a Nuevo León le vaya bien. Sin excusas y sin peros.
Por eso toca generar un verdadero diálogo y consenso que nos permitan llegar a un acuerdo que verdaderamente le sirva a Nuevo León. Hay que decirlo sin rodeos: cero broncas y cero pleitos. Toca ponerse a trabajar en lo que importa, y dejar las grillas fuera de la Asamblea.
Al Congreso le toca jalar para garantizar que haya un fiscal autónomo, que garantice que la justicia se haga valer parejo y para todos. Nada de andar poniendo al amigo del amigo del amigo, porque termina respondiendo a intereses de terceros en lugar de ver por Nuevo León.
Las y los diputados debemos trabajar en equipo y en beneficio de nuestro estado, porque si a Nuevo León le va bien, a todos nos va bien. El presupuesto no puede ser un motivo de pleitos sin sentido; frenar el crecimiento de nuestro estado por cuestiones políticas es un absurdo.
Al contrario, si ya tenemos un presupuesto histórico y una inversión histórica en obra pública hay que aprovecharlo al máximo. Tenemos que ir por más: más movilidad, más abasto y suministro de agua, más equipamiento para la mejor policía de México, más obra pública, más presupuesto para que a Nuevo León le vaya bien.
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Somos uno de los estados que más inversión está haciendo en obra pública y, al mismo tiempo, el que más inversión extranjera directa está captando: el gran ganador del nearshoring. Tenemos que aprovechar este momento y hacer que se convierta en cosas buenas para las familias de Nuevo León.
Por eso necesitamos un Congreso que trabaje por la gente y defienda a Nuevo León por sobre todas las cosas. Que sea un poder autónomo, que no responda a partidos, colores o intereses ajenos a nuestro estado, pero que sepa trabajar en equipo con el Gobierno del Estado para que se aprovechen las oportunidades y pasen cosas buenas.
A mis compañeros de la nueva Legislatura les digo desde ahora que estoy en completa disposición para trabajar por el bien de Nuevo León. No importan los colores o los movimientos políticos; venimos a jalar, y los que quieran hacerlo, tienen mi respeto y les tiendo mano.
Tenemos todo para seguir siendo el primer lugar en generación de empleos, en inversión extranjera y en inversión pública estatal dedicada a la infraestructura. Pero para esto todos, diputados, gobierno y ciudadanos tenemos que tener bien clara nuestra regla de oro al momento de tomar decisiones: a Nuevo León le tiene que ir bien.