Por Norma Leticia Magaña Rodríguez
A veces el abuso inicia de maneras tan sutiles, en conductas que poco a poco normaliza la víctima, atribuyéndola a eventos ajenos a la relación, como respuesta inmediata, sin aparente premeditación, justificando así un arranque de celos, violencia abrupta, agresiones físicas, psicológicas o verbales, entre otras.
La víctima, cree que lo vivido en su entorno familiar, es una referencia ocasional de algo que no desea en su vida, y que ella jamás consentirá algo así; sin embargo, se sorprende al encontrarse dentro de una relación donde la violencia es ejercida de diversas maneras, trayendo a su memoria, vivencias de su infancia o adolescencia, vividas por ella, su madre, las abuelas...
Es como un carrusel que da vueltas y repite las experiencias en diferentes contextos, con otros actores, modalidades y variedad de efectos.
Son patrones de relación que se repetirán mientras no se hagan conscientes, se les otorgue voz, se trabajen para modificar los efectos en la persona (el evento no desaparece), se colabora para cambiar la percepción de sí misma (auto-odio, miedo, tristeza, soledad, culpabilidad por el abuso experimentado, vergüenza, entre otros), se descubran fortalezas derivadas de esa experiencia (valentía, resiliencia), para lograr sanarlos, y así disminuir los legados del abuso y las crisis subsecuentes.
Mc.Phie & Chaffey (1998) mencionan que al darle voz se deja atrás la carga del secreto, (alentado por la familia y la sociedad, especialmente en los niños), que roba la voz, estrangula emociones, extrae la alegría de vivir, la espontaneidad y nubla la creatividad.
También que mujeres abusadas pueden mostrar conductas autodestructivas, auto abusivas, de auto-odio y además sentirse culpables por no tener la fuerza para salir de la relación
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J. Sigg (2015) menciona algunos ejes de donde deriva la violencia y/o el abuso:
- Ejercicio de violencia por modelaje: la replica tal como la vivió, casi sin darse cuenta.
- Como consecuencia de una interacción disfuncional: me provocó y la corregí. El agresor no siente responsabilidad por el abuso, se la atribuye a la víctima.
- Como vía para demostrar control, poder, superioridad (personas que así enmascaran sus carencias emocionales, físicas o de otra índole).
- Por tradiciones, hábitos o creencias (usos y costumbres), incluyen factores que impiden tomar responsabilidad sobre sus conductas abusivas.
- Evento traumático a temprana edad que se guarda, como si no hubiera existido, perviviendo el dolor bajo la superficie, y que a la larga puede desembocar en arranques de ira, conductas auto destructivas y/o amenazantes, hacia otros.
La violencia es ejercida en todos los ámbitos culturales, raciales, sociales, políticos, educativos… no sólo entre padres e hijos, entre parejas (el porcentaje de aumento en la pandemia llegó a niveles nunca antes registrados), jefes y subordinados, colegas de trabajo y compañeros de escuela, en redes sociales; también se ha incrementado de mujeres hacia hombres en diversas áreas. Sumamente triste, ya no hay espacios libres de violencia
¿Que hacer? Visibilizarla, nombrarla, denunciarla, ofrecer apoyo a quien la vive, integrarse a grupos de trabajo terapéutico. No es vergonzante sufrirla, lo que genera culpa y vergüenza es callarse y no darle voz. De lo contrario, sus efectos pueden durar toda la vida.
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