Opinión

Manejar siempre bajo estrés, padecimiento de las grandes ciudades

Manejar siempre bajo estrés, padecimiento de las grandes ciudades
FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

Quienes vivimos en grandes centros urbanos, como el Área Metropolitana del Valle de México, en especial la capital del país, perdemos, según estimaciones de especialistas, 152 horas al año en el tráfico monstruoso. Esta cantidad equivale, aunque usted no lo crea amable lector, a seis días y ocho horas atrapados frente al volante de nuestros vehículos; este fenómeno sitúa a la Ciudad de México en el lugar 13 a nivel mundial en cuanto a congestionamientos vehiculares.

Y no hay que ser sabio o un ducho investigador para afirmar que esta inquisición de los manejadores citadinos definitivamente los enferma. Las prolongadas horas en embotellamientos y tráfico desesperadamente lento, no solo afectan su salud física sino también la mental.

Algunos de los padecimientos que pueden causar este pasmoso tránsito citadino son el estrés, la ansiedad y trastornos del sueño, sin dejar de mencionar reacciones de violencia contra los demás conductores y los transeúntes.

El tráfico es uno de los mayores males de las grandes ciudades. Un problema que no solo afecta a los automovilistas sino además a las personas que utilizan el transporte público.

Es la pesadilla diaria que se recrudece en las llamadas horas pico que carcome la paz, tranquilidad y equilibrio mental de millones de habitantes del Valle de México, ante la necesidad de transportarse a como dé lugar hasta sus lugares de actividad, escuelas, fábricas, centros de reunión.

Especialistas en psicología determinan que de todos los padecimientos señalados por causa del tráfico y embotellamientos, es el estrés el más peligroso. Considerado como el “enemigo silencioso”, puede causar enfermedades cardiovasculares, metabólicas y hormonales.

“Cuando el cortisol, que es la hormona del estrés, se mantiene en niveles altos durante largo tiempo, puede derivar en irritabilidad, dolor de cabeza, palpitaciones, aumento de la presión arterial, lo que en pacientes sanos es peligroso, pero en pacientes con problemas cardiacos puede ser fatal”, apuntan los psicólogos y recomiendan que se busque ayuda profesional si el estrés nos supera.

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Por su parte, la psicóloga Eréndira Orozco apunta que el estrés causado por el tráfico y embotellamientos, puede provocar enfermedades psicosomáticas como el bruxismo, que es la acción de rechinar los dientes; enfermedades gastrointestinales como colitis nerviosa y gastritis; dolores de cabeza tensionales; alteración del sueño, así como irritabilidad y enojo.

Ahora bien, amables lectores, surge la pregunta de qué podemos hacer frente a este terrible fenómeno. Por desgracia, aunque existen propuestas interesantes, como escalonar los horarios laborales y escolares, aún no hay soluciones de movilidad viables, inmediatas y convincentes para mejorar el tráfico en las grandes ciudades.

Así que mejor hay que aceptar nuestro destino como habitantes de grandes urbes, evitar pensamientos negativos durante el embotellamiento y crear un ambiente lo más relajante que se pueda en el auto. Por lo pronto, hay que salir con tiempo para no padecer tanto el tráfico.

Hasta la próxima.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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