En tiempos de crisis, ya sea financiera, social o familiar, parece difícil creer que es posible generar riqueza o manifestar nuestros deseos. Sin embargo, la clave para lograrlo no reside únicamente en factores externos, sino en nuestra actitud y las herramientas internas que poseemos. Todo comienza con lo que elegimos pensar, sentir y hacer, porque, le tengo una estupenda noticia: ¡usted es el eje de sus creaciones! Incluso en los momentos más complicados.
El filósofo griego Epícteto nacido en el año 55 D.C., dijo que las circunstancias no hacen al ser humano, sino que sólo lo revelan. La vida está llena de situaciones que no podemos controlar: recesiones económicas, conflictos sociales o problemas familiares. Sin embargo, aflorará lo que llevamos dentro, y lo que sí podemos controlar es nuestra reacción ante las circunstancias. Nuestra actitud, esa elección interna que hacemos cada día, es fundamental.
La actitud de abundancia, optimismo y resiliencia puede convertirse en nuestro mayor activo en tiempos difíciles. Al adoptar una perspectiva con #EfectoPositivo, no sólo podemos mantener la calma y no perder el entusiasmo, sino que también abrimos la puerta a nuevas oportunidades y soluciones que antes no veíamos. Además de la actitud, tenemos herramientas internas como la confianza en nosotros mismos, la creatividad y la capacidad de adaptarnos.
En momentos de crisis, estas habilidades pueden ser nuestra mejor respuesta. La creatividad, por ejemplo, nos permite encontrar nuevas formas de generar ingresos o solucionar problemas, mientras que la adaptabilidad nos ayuda a enfrentar los cambios sin dejarnos arrastrar por la incertidumbre. El poder del espíritu también juega un papel crucial en la creación de riqueza y la manifestación de deseos. Esto implica conectarnos con nuestra esencia, con esa parte de nosotros que está más allá de las preocupaciones del día a día. La meditación, las elecciones hechas con conciencia y el cultivo de la paz interior pueden ayudarnos a tomar mejores decisiones y a mantenernos enfocados en nuestras metas, independientemente de lo que suceda a nuestro alrededor.
El enfoque es fundamental: no perder el objetivo, pase lo que pase. Para eso es importantísimo tener una fibra interna que nos deje ser capaces de traer la mente de vuelta a lo que nos aporte para lograr nuestras metas, y no que nos arrastre hacia ideas, propias o ajenas, que no nos contribuyen. Finalmente, lo que elegimos pensar y sentir es determinante.
Si nuestros pensamientos están llenos de miedo y escasez, de ideas conformistas y limitantes, es probable que esa sea la realidad que manifestemos. En cambio, si elegimos pensamientos de abundancia, gratitud y posibilidad, nuestra energía se alineará con esas cualidades, y atraeremos situaciones que reflejen esa frecuencia energética que emitimos. Es en nuestras acciones donde esta alineación se materializa: cuando tomamos decisiones desde el amor, la confianza y la certeza de que somos capaces de superar cualquier desafío, con la certeza de que somos maravillosos manifestadores y con la suficiente fe que nos vincule con el futuro que deseamos conectar. El Dr. Joe Dispenza afirma que creamos lo mismo porque estamos utilizando el pasado como materia prima. En nosotros está el poder de ser el eje de nuestras propias creaciones, aun en los momentos más oscuros.