Es bien interesante lo que está logrando Bad Bunny con sus fans. Lo he pensado estos días posteriores a la venta de boletos de su gira “Debí Tirar Más Fotos”. Hay unas cifras muy reveladoras, pero hagamos un poco de contexto de esta gira.
Cuando Benito sacó su disco “DTMF”, lo hizo con un espíritu de reivindicar a la comunidad de Puerto Rico y poner en el mapa el problema de gentrificación de la isla caribeña. Lo hizo no solo con sus letras, sino con una estancia de 30 días en donde los primeros conciertos iban a ser exclusivamente para la gente puertorriqueña.
No turismo, no visitas: conciertos dedicados a su gente y acompañado de músicos locales. Fue un éxito, pues todas las entradas se vendieron en pocas horas.
Eso dejó al resto del mundo con muchas ganas. Claro que todos queríamos ver a Bad Bunny, pero también entendimos porqué solo hizo conciertos en la isla.
Fue hasta el 4 de mayo cuando “aparecieron” dos sillas frente al Estadio GNP Seguros. Las mismas sillas que aparecen en la portada de su disco más reciente. De ahí, la locura: se confirmó que el “Conejo Malo” haría una gira mundial y la gente se preparó para comprar su boleto.
No solo en México: al principio solo iban a ser 24 conciertos a nivel mundial, pero se extendió a 54 fechas por 18 países. Si buscan los principales portales de noticias en el mundo, todos hablaban de la misma euforia por ver a Bad Bunny.
¿Cuánta gente se formó en la fila virtual para comprar su boleto en México? Ya tenemos cifras oficiales. Según Ticketmaster se rompieron todos los récords, y esto no es una exageración: más de 2.2 millones de personas intentaron asegurar su lugar en los conciertos, con una demanda de 7.5 millones de entradas.
¡Bad Bunny hubiera tenido que dar 123 conciertos en nuestro país para poderle cumplir a todos! (¡y les aseguro que se habrían vendido más fechas!).
Y aunque muchos se quejan de la fila virtual, toda esa gente formada hubiera ido desde Ciudad de México hasta Guadalajara ¿Se imaginan? El 45 por ciento de los asistentes a los conciertos en el Estadio GNP no serán de la Ciudad de México así que podemos esperar que esos días las aerolíneas, centrales de autobuses y ocupación hotelera estén saturadas (con la consiguiente derrama económica, debo decir).
Este no es un fenómeno exclusivo de México: España, Colombia, Costa Rica o Argentina reportan la misma euforia. Y lugares que generalmente no son tan entusiastas, agotaron sus entradas en poco tiempo: Australia, Países Bajos, Suecia, Italia y hasta Polonia pasaron por lo mismo.
¿Qué nos queda? Esperar. Si ustedes tienen entradas para alguno de sus conciertos, considérense afortunados y afortunadas. ¡Ah! Un dato más: más del 60 por ciento de quienes adquirieron boletos, fueron mujeres. Con todo esto que les acabo de contar ¿No les dio un poco de ansiedad y se muerden las uñas por estar ya en el concierto? ¡El efecto Bad Bunny!