Opinión

El viaje futurista de ABBA

La Orquesta Filarmónica de Puerto Rico y el talentoso elenco regresan al Centro de Bellas Artes de Santurce con presentaciones el domingo, 29 de diciembre

¿A cuál artista te hubiera gustado ver, sin importar la época, tocando en concierto?

¡Qué pregunta! ¿Les hubiera gustado ir a un concierto de Elvis Presley o de The Beatles? Estar en Cavern Club escuchando a Paul McCartney o John Lennon.

Imagínense poder ir a un concierto de Elvis, en sus diferentes etapas musicales. A mí me hubiera gustado ver en vivo a Amy Winehouse o al gran Johnny Cash.

A veces, tienes la suerte de que tu grupo favorito está separado y vuelve a reunirse, como en el caso de Oasis, que le dará una segunda oportunidad a sus fans para verlos en gira.

Quién no daría lo mismo por ver a Daft Punk, por ejemplo. Pensaba esto, porque la semana pasada fui a ver uno de los espectáculos más asombrosos: ABBA Voyage, en la Abba Arena, un recinto especialmente construido para este show en el Parque Olímpico Queen Elizabeth.

ABBA Voyage no es simplemente un concierto; es una experiencia inmersiva que redefine lo que significa asistir a una actuación en vivo. Este espectáculo presenta a los icónicos Agnetha, Björn, Benny y Anni-Frid en su apogeo, gracias a una combinación pionera de tecnología de vanguardia.

Y hay que recalcar que los mismos integrantes de ABBA han estado metidísimos en la producción de esta experiencia.

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El corazón de ABBA Voyage reside en los “ABBAtars”, avatares digitales ultrarrealistas de los miembros de la banda, que interpretan sus mayores éxitos. Son espectaculares, porque además es ver a la banda justo cuando estaban en su mejor momento.

ABBA fue un suceso mundial en los años 70, con canciones emblemáticas como “Dancing Queen” o “Mamma Mía”. Nada mal para un grupo de Suecia que ganó el festival Eurovisión en 1974.

Este espectáculo lo desarrolló la empresa de efectos especiales Industrial Light & Magic (ILM), y es el resultado de meses de filmación de los miembros de ABBA con trajes de captura de movimiento.

Las expresiones faciales, los movimientos corporales y la interacción entre ellos, hacen una ilusión tan convincente que el público a menudo olvida que no son los artistas en carne y hueso. Créanme que ningún video en línea le hace justicia a lo que se ve en vivo.

Bueno, ¿pero vale la pena? En términos monetarios sí. Estaba leyendo una nota de un periódico financiero de allá que la derrama económica que ha dejado ABBA Voyage ha superado todas las expectativas: no solo los ingleses, sino que muchos turistas de Europa están viajando y planeando sus vacaciones para ver este show: de los más de dos millones de visitantes, casi la tercera parte era de fuera del Reino Unido.

Y en términos económicos también ha sido un éxito: el desarrollo de la tecnología costó 170 millones de euros, pero se calcula que la derrama económica ya superó los 1700 millones ¡más de diez veces lo que costó!

¿Es este el futuro del entretenimiento? No lo sé. Tal vez para muchos sea muy extraño ver un avatar de su artista favorito en un recital, aunque después de ver ABBA Voyage, estoy abierto a cualquier experiencia de este tipo. “Take a Chance on me”, como dice una de sus canciones más famosas, dales una oportunidad ¿no lo creen?

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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