Las calles de ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Nueva York, Chicago y Seattle vuelven a llenarse de voces que protestan. Todo comenzó el 6 de junio de 2025, cuando el gobierno de Estados Unidos intensificó las redadas migratorias.
Agentes del ICE detuvieron a decenas de personas —muchos de ellos mexicanos— directamente en sus lugares de trabajo: campos agrícolas, tiendas, fábricas. A esto se sumó la militarización: más de 4 mil elementos de la Guardia Nacional y 700 marines fueron enviados a Los Ángeles sin consultar al gobierno estatal.
El resultado fue inmediato: protestas masivas, cientos de detenidos, uso de gases lacrimógenos, balas de goma, incluso heridos. En Los Ángeles se declaró el toque de queda.
En San Francisco, más de 150 personas fueron arrestadas. La comunidad migrante vive hoy con miedo, acosada por operativos agresivos, sin protección y bajo amenaza constante.
Desde México, la respuesta ha sido limitada y fragmentada. El gobierno federal ha expresado su rechazo a las redadas pero no existe una estrategia clara ni coordinada para proteger a los migrantes.
Mientras tanto, las disputas públicas entre algunos morenistas solo han generado más tensión que soluciones, priorizando el protagonismo sobre la responsabilidad hacia nuestros connacionales.
El presidente del Senado mexicano lejos de utilizar su posición para exigir respeto y tender puentes con Estados Unidos, ha optado por confrontar públicamente a funcionarios del país vecino.
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En lugar de buscar soluciones, lanza ataques. ¿Para qué? ¿Con qué fin? ¿A quién beneficia una confrontación vacía, mientras nuestros paisanos son detenidos, amenazados y deportados?
La propia presidenta de México ha caído en ese mismo juego. En lugar de liderar una estrategia firme y eficaz, se suma a una narrativa que solo sirve para la tribuna, pero no protege a nadie. ¿Dónde quedó la diplomacia?
¿Dónde está la defensa real de nuestros connacionales y hermanos migrantes que se han quedado sin asesoría jurídica? ¿Dónde están los consulados haciendo su trabajo? El gobierno mexicano les ha reducido más del 49 % del presupuesto lo que afecta gravemente a nuestros compatriotas justo cuando más apoyo necesitan.
Desde aquí, desde México, toda mi solidaridad con los migrantes en Estados Unidos. Hoy más que nunca necesitan un gobierno que actúe con responsabilidad y sentido común.
Que dialogue, que construya acuerdos, que entienda que la protección de nuestros paisanos no se logra con discursos encendidos, sino con políticas serias, negociaciones firmes y voluntad real.
Este gobierno está completamente perdido. No tiene brújula. Se dedica a pelear por micrófonos mientras nuestros connacionales enfrentan redadas, persecución y separación familiar. Olvidan que lo que está en juego no es su prestigio político, sino la vida de millones de personas.
Si el gobierno mexicano no recupera el rumbo pronto, seguirá fallando a quienes más lo necesitan: a los que se fueron por necesidad, no por gusto.
A los que sostienen con su trabajo la economía estadounidense y envían remesas que mantienen a miles de familias mexicanas. A los que hoy resisten, luchan y aún no pierden la esperanza. Al tiempo…
DETALLES. La administración de Trump ha solicitado al gobierno de Claudia Sheinbaum investigar, procesar y extraditar a políticos con presuntos vínculos con el crimen organizado.
Estas peticiones, hechas varias veces por el Secretario de Estado Marco Rubio, buscan una ofensiva sin precedentes contra la corrupción y combatir al crimen organizado. México debe responder y dejar de proteger a los narcopolíticos.