La ilusión y la gran oportunidad

La ilusión y la gran oportunidad
Foto: Pixabay

“Carecer de algunas de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad.” — Bertrand Russell (1872–1970), filósofo, matemático y escritor británico.

Si uno lo tuviera todo, los retos desaparecerían. Y son precisamente los retos los que nos impulsan hacia adelante. Nos recuerdan que siempre hay algo por alcanzar, algo que vale la pena imaginar, construir o defender.

Una persona sin ilusiones ni proyectos corre el riesgo de perder el rumbo. Y cuando eso ocurre, no se apaga el cuerpo… se apaga el alma.

¿Qué es la depresión, sino la ausencia de futuro?

Esa sensación de que ya no hay nada por lo cual luchar, nada que motive a levantarse por la mañana con ganas y esperanza.

El futuro es ilusión y oportunidad. Y la ilusión es lo que nos mantiene vivos.

Esa chispa convierte cada día en posibilidad.

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Es el motor que nos hace mejores padres, mejores ciudadanos, mejores seres humanos.

Pero no solo aplica a las personas.

También como comunidad, como sociedad, como país… necesitamos tener metas.

Necesitamos desear algo más, algo mejor.

Y no solo desearlo: necesitamos trabajar por ello.

Cuando un país pierde la ilusión colectiva, cae en la desesperanza.

Cuando como comunidad dejamos de soñar, dejamos también de avanzar.

Y en ese vacío, lo único que prospera es el desencanto, la apatía y, con el tiempo, la destrucción.

Hoy México y el Mundo, necesita más que nunca recuperar esa ilusión.

No hablo de promesas huecas.

Hablo de proyectos reales. De metas comunes. De volver a creer en lo que podemos construir juntos.

Debemos volver a desear.

A desear justicia verdadera.

A desear seguridad para nuestras familias.

A desear educación que transforme vidas.

A desear un país donde las oportunidades no sean privilegios, sino derechos.

Sí, carecer de algunas cosas es parte de la felicidad.

Esa carencia nos obliga a movernos.

Nos mantiene despiertos.

El reto está en transformar la carencia en impulso.

El deseo en hechos.

La frustración en compromiso.

Y eso empieza con nosotros.

Con cada madre que no se rinde.

Con cada joven que no se conforma.

Con cada ciudadano que aún cree en el poder de hacer lo correcto.

Tenemos mucho por hacer, y mucho por ser.

Tenemos talento, cultura, corazón.

Lo que no podemos darnos el lujo de perder… es la ilusión y la Oportunidad.

Una nación sin ilusión sobrevive en cuerpo, pero muere en alma.

La ilusión no es una evasión de la realidad. Es una forma de sostenerla. Es la mirada del agricultor que siembra sabiendo que habrán lluvias. Es la voz del maestro que enseña aunque el presente duela, porque cree en lo que sus alumnos pueden llegar a ser. Es la fuerza del médico, del comerciante, del bombero, del emprendedor, que no se dejan vencer por las condiciones del entorno, porque saben que algo mejor es posible y lo logrará!

Y si esto lo entendemos como individuos, también debemos asumirlo como país.

No somos una tierra condenada ni una sociedad sin remedio.

Somos una nación viva. Llena de contraste, sí. Pero también de fuerza. De pasión. De posibilidades.

La ilusión no es ingenuidad, es coraje.

Es ver lo que falta, sin dejar de valorar lo que tenemos.

Es aceptar los retos con los pies en la tierra y los ojos en el cielo.

Hemos enfrentado terremotos, crisis económicas, violencia, corrupción… también ha surgido un pueblo solidario, trabajador, resiliente. No hay tragedia que nos haya detenido, Y eso, eso es porque no hemos perdido la ilusión del mañana.

Necesitamos líderes que vuelvan a hablarle al alma de la gente, no a sus miedos.

Necesitamos instituciones que generen confianza.

Necesitamos medios que inspiren, no que dividan.

Y necesitamos ciudadanos que no se resignen.

Que crean, que participen, que propongan.

Porque la ilusión también se construye con hechos.

Recuperar la ilusión es tarea de todos.

Desde quien barre una calle hasta quien toma decisiones de Estado.

Desde quien educa en casa hasta quien legisla en el Congreso.

Pero para eso, hay que desearlo.

Hay que soñarlo unidos.

Y hay que tener el valor de hacerlo realidad. Siempre tenemos la Oportunidad.

Y eso empieza por ti, por mí, por todos.

Es desear, creer, trabajar, crear y construir. JUNTOS Y UNIDOS! Se Nos Presenta Una Gran Oportunidad! Vamos Por la Copa de Oro! No solo en la Cancha. También En el Progreso! Oportunidades y Calidad de Vida!

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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