¿No les parece maravilloso el arte de componer canciones?
México es una veta inagotable de compositores, de gente inspirada que puede poner todos sus sentimientos en una canción. Compositores clásicos como María Grever, Consuelito Velázquez, el eterno Chava Flores, Don Armando Manzanero.
También pienso en Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez, Pepe Guizar, Jaime López y en un amigo con el que hace poco tuve el gusto de platicar: Fato.
Por supuesto, Fato no es su verdadero nombre: adoptó ese nombre artístico por la frase italiana “Buena Fortuna”. En realidad, su verdadero nombre es Enrique Guzmán Yáñez, y desde muy pequeño dejó su natal Veracruz para mudarse a Tamaulipas, donde explotó su talento viajando de un lado al otro de la frontera, de McAllen a Reynosa, presentándose en bares y en donde ganó prestigio por sus canciones.
Pero la vida tenía grandes planes para él: sus composiciones empezaron a ganar premios en festivales como Valores Juveniles o el OTI, allá en la década de los 80, en voces de Lupita D’Alessio, Mayté o Valeria Lynch.
A lo largo de su carrera le ha hecho composiciones a Pandora, Tiziano Ferro, Alejandro Fernández, Ana Bárbara, Aída Cuevas y un sin fin de artistas ¿Crees que no has cantado alguna de sus canciones? Me contaba cómo nació uno de sus más grandes éxitos, “Por mujeres como tú”, que inmortalizó Pepe Aguilar:
“Yo vengo del pop, Jessie, yo soy popero, nunca había hecho música ranchera. Pero una vez estaba componiendo allá en mi casa de Tlalpan cuando me entró una llamada: era Pepe Aguilar. Me dijo ‘Carnalito, me está llevando la trampa, estoy muy mal, voy por ti, ya me mandaron al carajo’. Eran casi las 11 de la noche y yo le dije que no, pero como lo escuché muy mal, lo acompañé. Pero resulta que se la pasó hablando por teléfono, yo lo veía sufrir, pero no me hacía caso, ya me estaba aburriendo.
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“Total que le dije ‘oye, Pepe, ya me voy a mi casa, estoy aburrido ¿sabes cuál es el problema? Que estás bien acobardado y ella se va a dar cuenta’. Me llevó a mi casa, él manejando, iba llorando y en ese momento me llegó la inspiración. Eran como las 2 y media de la mañana cuando llegué a mi casa, pero me fui directo a un cuartito que tenía atrás, agarré una guitarra y me puse a componer. No me lo vas a creer: tardé 45 minutos en armar la canción.
Me estoy acobardando y lo ha notado
Y eso no es muy bueno para mí
Si quiero retenerla entre mis brazos
Será mejor que no me vea sufrir
Cuando la acabé, vi que era una canción tan buena que solo se me ocurrió pensar ‘esto me va a dar para comer con manteca’, sabía que era un gran éxito. En ese momento llamé a Pepe Aguilar, que seguía tomando, se la canté al teléfono, me dijo una grosería y me dijo ‘vente con esa canción’. Eran las tres de la mañana y así nació la canción”.
¿No les parece maravillosa esta historia? ¡Felicidades, querido Fato, muchos años más de buena fortuna!