Por Claudia Ruíz Ordóñez
La terapia de pareja es un recurso útil para mejorar y fortalecer las relaciones, no solo en momentos de crisis, sino desde el inicio, como forma de prevenir conflictos y fomentar una mayor comprensión mutua.
Es común que las relaciones enfrenten desafíos, y el hecho de unir dos vidas diferentes requiere comunicación continua y honesta.
Sin embargo, muchas personas esperan hasta que la relación está gravemente deteriorada para buscar ayuda profesional, sin reconocer que es posible actuar desde el principio para mejorar la conexión.
En un entorno seguro y profesional, un terapeuta de pareja facilita el diálogo sincero, permitiendo que ambos individuos expresen sus deseos, conflictos y emociones.
No se trata de determinar quién tiene la razón, sino de aprender a escucharse mejor, comprender las diferencias y encontrar maneras más efectivas de interactuar.
El terapeuta se mantiene neutral y ayuda a identificar patrones de conducta que pueden estar causando malestar.
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Así como se asiste al gimnasio para mantener la salud física, cuidar una relación con apoyo terapéutico también puede ser clave para su bienestar.
Algunas señales que indican que sería beneficioso acudir a terapia de pareja incluyen dificultades para comunicar emociones o necesidades sin generar conflictos, discrepancias significativas sobre temas delicados, o el deseo de profundizar la comprensión mutua antes de comprometidos más serios.
La terapia puede ofrecer herramientas para reconocer patrones de comportamiento repetitivos y proponer alternativas más saludables, además de enseñar técnicas de comunicación efectiva que prevengan malentendidos y frustraciones.
La comunicación es un aspecto crítico en las relaciones, y se ha evidenciado que muchos fracasos en parejas provienen de malentendidos en este ámbito.
A menudo, la incapacidad para resolver disputas puede llevar a un ciclo negativo, en el que las emociones adversas complican aún más la situación.
La discrepancia en la manera en que cada persona maneja sus emociones puede dificultar la resolución de conflictos, creando una dinámica en la que uno se siente ignorado o subestimado.
El terapeuta no solo ayuda a resolver conflictos, sino que también ofrece una nueva perspectiva sobre el comportamiento y las emociones de cada persona.
Esto resulta esencial en momentos de tensión, pues ofrece un espacio para identificar y expresar lo que cada uno experimenta.
A veces, es necesario con el tiempo y la paciencia establecer nuevas dinámicas que faciliten el diálogo y la reconciliación.
Existen diversas situaciones que pueden llevar a una pareja a considerar la terapia como una opción. Problemas de comunicación consistentes, crisis puntuales de tipo económicas, conflictos en la intimidad, incertidumbre sobre los planes futuros, y la llegada de hijos son solo algunos ejemplos.
En esos casos, la terapia puede proporcionar herramientas útiles que faciliten el diálogo y ayuden a la pareja a adaptarse mejor a las circunstancias cambiantes.
La terapia de pareja puede ser una vía eficaz para trabajar en la relación mediante diferentes herramientas para crear una conexión más fuerte desde el comienzo y avanzar hacia una comunicación más saludable y consciente.
En C7 Salud Mental contamos con terapeutas especializados en terapia de familia y pareja con diferentes enfoques para el trabajo en tu relación de pareja y/o familia.
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