Usted puede convertirse en la persona que sueña. Lo que anhela desde lo más profundo no es una fantasía ilusoria, es una visión interna que brota de un lugar sagrado: su ser, que no tiene edad, ni etiquetas, ni traumas, ni límites.
Ese ser que existe en conexión directa con lo que los metafísicos llaman la Presencia Yo Soy. Aunque no haya escuchado de esto, le aseguro que lo ha sentido. Es ese instante íntimo en el que usted afirma con certeza: “Yo soy capaz”, “Yo soy amor”, “Yo soy paz”.
En esos momentos, usted toca el reino de la creación. La Presencia Yo Soy no es un concepto místico para iniciados; es una realidad viva que usted puede habitar cuando así lo elige.
Es el canal por el cual fluye todo lo posible: la sanación, la prosperidad, la claridad mental, la realización personal, la fuerza espiritual.
Cuando usted dice “Yo soy”, no sólo está nombrando algo, está activando un poder dentro de sí que lo conecta directamente con su origen divino. En otras palabras, está volviendo a casa. ¿Por qué parece tan difícil vivir desde esa presencia?
Porque el ego, ese conjunto de creencias limitantes, heridas viejas y miedos repetidos, insiste en recordarle lo contrario: que no puede, que no es suficiente, que ya es tarde, que ya ha fallado mucho, que lo que sueña no es “realista”.
Pero ¿quién define lo real? ¿Acaso no es más real lo que usted siente vibrar desde el corazón que lo que dictan los condicionamientos del pasado? Le invito a hacer una pausa y sentir. ¿Qué es eso que usted quiere ser, hacer o expresar? ¿Qué versión de usted mismo le hace vibrar?
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No piense en lo que debería ser para agradar, complacer o cumplir expectativas. Piense en lo que usted quiere ser desde el alma. Esa versión ya existe, no afuera, sino en lo profundo de su conciencia. Sólo necesita volver a recordarla ¡y reclamarla con el poder del Yo Soy, en nombre de Dios!
Convertirse en quien usted desea ser no requiere suerte ni milagros, sino un cambio de frecuencia. Y ese cambio comienza cuando usted elige creer. Puede empezar por simplemente imaginar. Cierre los ojos y permítase ver su mejor versión: ¿Cómo camina? ¿Qué palabras dice? ¿A quién inspira? ¿Cómo ama? ¿Qué paz transmite?
Permita que ese futuro deseado se sienta como un presente posible. Porque, desde el plano del Yo Soy, el tiempo es relativo. Usted ya ES. Sólo necesita alinearse con eso y elegir que esa sea su nueva realidad. Cuando se vive desde esa conciencia, incluso las acciones más cotidianas se llenan de propósito.
Ya no trabaja para sobrevivir, sino para servir con dicha y sentido. Ya no se relaciona por necesidad, sino por amor. Ya no reacciona desde el miedo, sino desde la certeza de que todo es aprendizaje, expansión y evolución.
No se trata de negar el ego, sino de no dejar que él conduzca el rumbo, sino su presencia Yo Soy desde donde usted verdaderamente puede crear, sanar, manifestar, brillar y vivir de forma auténtica.
Tenga en mente siempre que convertirse en quien desea ser no es un lujo para unos cuantos iluminados. ¡Es su derecho divino! Solo necesita recordarlo y reclamarlo. Porque cuando usted se alinea con su Yo Soy, entonces sí, todo es posible. ¡Adelante y a manifestar su versión sagrada!