La Inteligencia Artificial (IA) ha demostrado en los últimos meses el poder que tiene para desarrollar sectores enteros mejorando la eficiencia, el consumo de energía, la precisión y la capacidad de tomar decisiones.
Sin embargo, amables lectores, aunado a este poder transformador, ha surgido la preocupación entre investigadores y especialistas en la materia por el impacto ambiental que esta tecnología puede provocar.
Uno de los investigadores, Santiago Fajer, comenta que estamos viviendo una doble cara de la Inteligencia Artificial; por un lado, vemos su capacidad para optimizar procesos industriales y ayudar a reducir el consumo de energía; pero por otro, añade el investigador, vemos que para producir chips de IA, fabricar componentes de hardware, procesar más datos y entrenar a los modelos de IA, se necesitan grandes cantidades de electricidad y agua.
Otro estudioso que se ha dado a la tarea de analizar los efectos de la IA en el medio ambiente, Javier Nova, indica que la acelerada adopción de herramientas con Inteligencia Artificial es una de las razones principales por las que ha aumentado el consumo de energía en los Centros de Datos que operan en México, los cuales estarán obligados en los próximos cinco años a demandar mucha energía eléctrica, por lo menos 5 mil MegaWatts hora, es decir más del 230 por ciento de las estimaciones que se tenían a finales de 2023.
Además, la fabricación de los chips con IA requiere de sustancia químicas altamente tóxicas, una familia, afirman los especialistas, de 12 mil sustancias químicas que no se descomponen en el medio ambiente hasta después de decenas de miles de años, lo que les ha valido el sobrenombre de sustancias químicas eternas.
Incluso, en ese basto grupo de sustancias dañinas a la salud humana y el medio ambiente, hay algunas que se han relacionado con enfermedades graves, incluido el cáncer, y aunque la industria de los semiconductores ha eliminado de manera gradual el uso de algunas, sigue dependiendo de las sustancias químicas eternas.
Hay que agregar que el menú de minerales necesarios para fabricar chips de Inteligencia Artificial se ha disparado de 11 a más de 60, incluidos el galio y el germanio, que carecen de normas federales de calidad y cuyos conocimientos sobre efectos sanitarios y ecológicos aún no se conocen del todo.
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Como vemos, amables lectores, el desarrollo tecnológico alcanzado con la Inteligencia Artificial ha superado las expectativas, pero a un alto costo para el medio ambiente global.
Los expertos coinciden en que esta tecnología de avanzada ofrecerá beneficios importantes en todos los sectores, pero los grandes corporativos impulsores de IA, como Microsoft, Amazon, Google, Meta, entre otros, deben hacer más sostenible el desarrollo de esta tecnología porque, de lo contrario, su uso afectará más de lo que podría beneficiar a la humanidad.
Hasta la próxima.