Opinión

El poder personal como acto de amor, cuidado y libertad

Poder Personal
Poder Personal

Usted ha escuchado muchas veces hablar de “poder personal”. Tal vez lo han presentado como una meta complicada, como un estado al que sólo unos cuantos llegan, o como algo que requiere grandes títulos, dinero, reconocimiento o una inteligencia fuera de lo común. Pero déjeme decirle que el verdadero poder personal no tiene nada que ver con lo que está afuera de usted. No se trata de diplomas, de pertenencias acumuladas, ni de la aprobación de los demás. El poder personal es, en esencia, un acto profundo de auto amor y de auto cuidado. Cuando usted se siente capaz de tomar decisiones que le benefician, que lo hacen crecer, que lo llevan un paso más cerca de la vida que desea, eso no surge de la casualidad ni de la suerte. Eso nace de un amor silencioso y genuino hacia lo que usted es. Porque sólo alguien que se reconoce como valioso, que se sabe digno de respeto y cuidado, puede elegir lo que de verdad le aporta. El secreto está en recordar que dentro de cada uno habita una chispa divina. Esa energía que nos conecta con la vida, con la creación y con el Universo. Y si usted está aquí, respirando, existiendo, ya lo convierte en un Ser sumamente valioso para la Creación. Uno sólo puede cuidar lo que se admira. Nadie protege lo que desprecia. Nadie cuida lo que no reconoce como valioso. Por eso es tan importante que usted se mire con admiración. No con vanidad, sino con esa gratitud sencilla que se despierta cuando entendemos que estar vivos ya es un milagro. Desde ahí comienza el poder personal: en reconocerse digno de respeto y de cuidado. Y cuando usted se admira a sí mismo, lo natural es que se cuide. Ya no desde la exigencia, ni desde la comparación, sino desde el amor. Comer mejor porque se quiere sentir bien, descansar porque respeta su cuerpo, decir “no” a lo que le lastima, porque valora su paz. Eso es auto cuidado. Eso es auto amor. Y eso, inevitablemente, es poder. Lo hermoso de este camino es que no necesita fórmulas complicadas. Empieza con un gesto: aceptar su valor. Luego, poco a poco, sus decisiones se van alineando a esa certeza. Empieza a rodearse de lo que le inspira en lugar de lo que le apaga. Empieza a confiar más en su intuición que en los ruidos externos. Cuando tenemos poder personal desde el amor, somos menos manipulables, menos manejables y menos enajenables.Y entonces la vida comienza a transformarse en algo parecido a una obra de arte, envuelta en libertad. Con poder personal dejamos de ser un espectador y asumimos el papel de creadores de nuestra propia existencia.

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