Opinión

Morena ha desmantelado el Servicio Exterior Mexicano

Consulado Mexicano en Atlanta
Consulado Mexicano en Atlanta

El Servicio Exterior Mexicano (SEM) debería ser un orgullo nacional. Es la institución que representa a México en el mundo, que defiende a los migrantes y que sostiene la relación con otras naciones. Pero en lugar de fortalecerlo, morena lo ha convertido en un espacio de improvisación y de favores políticos.

Los consulados, que son la primera línea de defensa de millones de mexicanos en el exterior, trabajan con presupuestos recortados y con personal agotado que carga sobre sus hombros responsabilidades imposibles de cumplir. En 2025 el dinero destinado a la asistencia consular se redujo tremendamente. Mientras tanto, hay trabajadores en Estados Unidos que llevan más de dos décadas con sus sueldos congelados, desde 1998. El gobierno presume un supuesto “rescate”, pero la verdad es que los recursos no alcanzan y muchas vacantes siguen sin cubrirse.

Los nombramientos de embajadores se reparten como si fueran trofeos. No cuentan ni la trayectoria ni la experiencia, lo que realmente importa es el 90 % de lealtad y apenas un 10 % de capacidad. Morena rompió la promesa de mantener la diplomacia al margen de los intereses de partido. Hoy el mensaje es brutal pues no importa la carrera diplomática ni el mérito, lo que importa es estar en la lista de favores de la presidenta.

El SEM tiene poco más de mil miembros para cubrir más de ciento cincuenta representaciones en todo el mundo. Con menos dinero y más “cuates” en puestos clave, el sistema se va resquebrajando. Abajo, diplomáticos de carrera hacen esfuerzos heroicos para cumplir su trabajo con lo poco que tienen. Arriba, se acomoda a amigos del régimen que ven a las embajadas como un botín.

La diplomacia mexicana hoy está llena de contrastes. En la base, diplomáticos de carrera que hacen milagros con lo poco que tienen. En la cúpula, una diplomacia politizada donde los cargos se reparten como favores.

Lo que se necesita es limitar las embajadas políticas, reforzar de una vez por todas el presupuesto de los consulados, establecer concursos de ingreso y ascenso transparentes y fijar metas públicas que permitan medir resultados. Pero mientras eso no ocurra, México seguirá con una diplomacia parchada, debilitada y manchada por la corrupción política.

Una política exterior así no solo afecta a quienes trabajan en el SEM o a los migrantes que buscan apoyo, también compromete la credibilidad internacional de todo el país. México merece un Servicio Exterior fuerte y profesional, no una caricatura de diplomacia usada como recompensa partidista. Al tiempo…

DETALLES. Clara Brugada tiene la Ciudad hecha un desastre. Domingo de lluvia y la ciudad inundada y los ciudadanos embotellados. ¡PATÉTICO!

Mariana Gómez del Campo, Secretaria de Asuntos Internacionales del CEN del PAN y Presidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).

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