Martín Arellano, periodista conocido por ser un férreo defensor de Morena, falleció narrando en vivo su propio infarto mientras esperaba atención en el pasillo de un hospital público. Más allá de la polémica, la anécdota refleja lo que muchos usuarios señalan: la contradicción entre los discursos oficiales que prometen un sistema de salud “como el de Dinamarca” y la realidad que viven miles de pacientes todos los días. En redes el caso se comenta con un tono entre sorpresa, enojo y burla, pero al fondo queda la misma pregunta: ¿cuándo se podrá decir que el estado de bienestar en el ámbito de la salud será 100% real?
Sandra Cuevas, exalcaldesa de Cuauhtémoc, salió a decir que su sucesora Alessandra Rojo de la Vega, quien es actualmente la abanderada de la oposición contra los gobiernos de Morena, la quiere copiar en todo. Que si la política, que si la marca personal, y hasta los negocios: galería de arte, dulcerías, gimnasios y restaurantes. Cuevas presume que ella es la original y que ya tiene todo un emporio bajo su nombre. Incluso abrió una galería en Anzures y asegura que pronto habrá restaurantes con su sello. Pero la pregunta que se repite en redes es otra: ¿dónde están realmente todos esos negocios que dice tener? Porque una cosa es anunciarlos y otra verlos funcionando en serio. Al final, la bronca no es solo de egos, también pinta para ser el nuevo capítulo del reality político chilango: quién vende más marca personal, quién tiene más reflectores y, claro, quién logra capitalizarlo rumbo a las lejanas urnas.