Opinión

Este 2 de octubre tampoco se va a olvidar

Reporteros Marcha 2 Oct
Reporteros Marcha 2 oCT

Cada 2 de octubre, México recuerda la brutal represión de 1968. Aquellos estudiantes que murieron luchando por nuestras libertades ya no están, pero sus voces siguen presentes. Gritaron por muchos de nosotros, contra el autoritarismo, por la libertad de expresión, la posibilidad de manifestarse y disentir, y por los derechos que hoy damos por sentados.

Sin embargo, lo que vimos ayer en la Ciudad de México durante las marchas conmemorativas dista mucho de aquel espíritu de lucha. Muchos de los participantes parecen desconocer el verdadero significado de esa fecha. Se limitaron a romper, gritar y agredir, vandalizando negocios y poniendo en riesgo el sustento de familias que nada tienen que ver con la protesta. Más grave aún, pusieron en peligro la integridad de trabajadores, ciudadanos, periodistas y también de policías y guardianes del orden, quienes fueron atacados en una de las marchas más violentas de los últimos años.

Ayer, más de nueve profesionales de la comunicación fueron agredidos en medio de lo que se convirtió en una batalla campal. La violencia no fue un accidente: fueron ataques deliberados. La policía tampoco mostró empatía hacia quienes informaban, lo que evidencia la falta de preparación para proteger la labor periodística en escenarios de tensión. Esta situación refleja las consecuencias de la tolerancia sin límites: quien rompe, quema o agrede debe asumir su responsabilidad ante la ley. Taparse la cara o incluirse en el “bloque negro” para lanzar adoquines, pintar o destruir propiedades es irresponsable y peligroso, y puede tener consecuencias fatales.

¿Por qué los policías tendrían que soportar ser quemados o golpeados? Ellos también son seres humanos, sienten, pueden perder el control en medio de tanto caos y violencia, y también equivocarse ante ese nivel de provocación.

La protesta es un derecho, la disconformidad es un derecho, el derecho a manifestarse es un derecho. Pero también lo son transitar libremente, informar y regresar a casa a salvo. En 1968 se luchaba contra un Estado opresor; hoy, debemos preguntarnos: ¿contra quién se lucha? ¿Contra los bloques violentos que desvirtúan la marcha o contra quienes fomentan la violencia bajo la excusa de la protesta? Muchos desconocen la historia que conmemoran, pero deberían reflexionar sobre el daño que causan, no solo al espíritu de lucha de quienes dieron su vida por la libertad, sino también a las familias de los periodistas, ciudadanos y elementos de seguridad presentes.

En Publimetro México lamentamos y condenamos enérgicamente la agresión sufrida por nuestro fotógrafo, Nicolás Corte Sánchez, mientras documentaba la marcha. Fue atacado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX mientras realizaba su trabajo, incluyendo la cobertura de la atención a un herido. Este acto es inaceptable y representa un obstáculo para el ejercicio del periodismo libre e independiente. Exigimos que las autoridades garanticen un entorno seguro para todos los periodistas, policías y guardianes del orden, que se investiguen los hechos a fondo y que se tomen las medidas necesarias para que la labor informativa se realice sin temor a represalias.

Quiero expresar mi solidaridad personal total con Nicolás Corte, deseándole una pronta recuperación, así como con todos los compañeros que sufrieron daños durante la marcha. En Publimetro, reiteramos nuestro compromiso institucional con la verdad y con la información, reafirmando que el periodismo es un pilar fundamental de la sociedad. La libertad de expresión y la memoria histórica no pueden verse empañadas por la violencia ni la indiferencia. El 2 de octubre sigue siendo un recordatorio de que luchar por la libertad exige responsabilidad, respeto y conciencia de las consecuencias de nuestros actos, pero así no.

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