Al recibir esa violencia directa no sabían que estaban recibiendo su propio mensaje de manera invertida [como viniendo del otro]: Slavoj Zizek
Si, sería fabuloso que no existieran las guerras, las diferencias y los conflictos. No obstante, estos insisten, se instalan y se perpetúan por los siglos de los siglos.
Con mucha frecuencia se declara, quizás siguiendo a Lennon, que deberían no existir fronteras, que si todos estuviéramos juntos cantando en paz sería maravilloso. ¡Claro! Sin embargo, cuando no es posible conseguirlo por un acuerdo mutuo, cuando la política y la diplomacia fracasan —¿o será más bien que se las hace fracasar por alguna otra razón?— las naciones y fronteras tienen que armarse en lugar de simplemente amarse, para defender sus soberanías y pueblos.
Muchas personas se rasgan las vestiduras por los discursos, posturas y políticas de la extrema derecha, sin detenerse a cuestionarse sobre el por qué dichos discursos tienen tanto poder de convocatoria en nuestros días. ¿Será que la política del centro e izquierda tendrá algo que ver, con su demagogia, con su simulación de lo políticamente correcto mientras el tejido social igualmente se va deteriorando? ¿Será que los pacifistas e intelectuales de izquierda también han participado en encumbrar a la extrema derecha? No directamente, claro, sino indirectamente a menudo con sus políticas sin orden, objetivo ni rumbo, al grado de hacer que un gran grupo de la población se sienta identificado por lideres de ideas tajantes, nacionalistas, extremas, discriminatorias.
La paz, guste o no, muchas veces es fruto de violencias brutales, directas, militares. A eso es a lo que estamos asistiendo tanto en la Franja de Gaza como en la batalla Ucrania-Rusia.
La guerra es al mismo tiempo un fracaso de la política y la diplomacia, así como una ocasión de hacer negocios y múltiples usos políticos del conflicto para encumbrar gobiernos endebles en el poder, una forma de legitimación, mientras la población civil es explotada por dichos intereses, tanto de gobiernos como de empresas y grupos armados.
*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez