Claudia Sheinbaum, presidenta de México, volvió a dejar claro que México sigue abierto a la inversión extranjera, pero con una diferencia: su gobierno está ajustando las leyes pensando en el bienestar de la gente, algo que —dijo— “no se hizo en los últimos 36 años”. Contó incluso que se lo explicó al World Economic Forum, durante su reciente visita al país: antes, recordó, las élites económicas solo veían a México como un lugar con mano de obra barata, pero ahora se apuesta por un modelo que combine crecimiento, justicia social y desarrollo con dignidad laboral.
Pablo Vázquez Camacho, secretario de Seguridad Ciudadana de CDMX, aprieta tuercas para reforzar la seguridad en la capital, pero la percepción ciudadana sigue sin mejorar. Y el dato que preocupa: varios equipos y patrocinadores que llegarán al GP de Fórmula 1 ya habrían contratado escoltas armados para proteger a su personal extranjero. No es la mejor postal para la capital ni para el país, sobre todo cuando falta menos de un año para el Mundial 2026. En los pasillos del gobierno capitalino ya hay quien reconoce que el reto no es solo tener más patrullas, sino recuperar la confianza.
Rocío Nahle, gobernadora de Veracruz, vivió un momento incómodo durante una conferencia. Una reportera se atrevió a preguntarle por la no renovación del seguro de desastres, y la reacción fue todo menos amable. Nahle soltó una carcajada nerviosa, intentó desviar la atención gritando hacia unos marinos, pero insistió. Fue entonces cuando la mandataria volteó molesta y soltó la frase que encendió los micrófonos: “Este no es un problema de dinero”. ¡Tremenda respuesta!