Jorge Romero, dirigente nacional de Acción Nacional, en el acto donde el PAN anunció su distanciamiento público del PRI y su relanzamiento de imagen, fue la figura que todos esperaban mirar. El plan: elegir candidatos por encuestas, seducir al voto joven y relanzar su imagen con más mercadotecnia y menos viejos vicios. Romero habló de “renovación” y “escuchar a la gente”, aunque sus constantes miradas al reloj llamaron más la atención que el discurso. Detrás del escenario, el objetivo era claro: proyectar frescura con logos nuevos, influencers y slogans listos para redes. El reto, dicen dentro del partido, será convertir esa estética moderna en credibilidad real. Por ahora, el PAN presume cambio… pero muchos se pre guntan si es transformación o sólo maquillaje político. De momento, el nuevo PAN vende renovación con filtros: muchos anuncios, algunas pantallas, y un líder que no dejó de mirar su muñeca. ¿Será suficiente para recuperar terreno?
Jorge Álvarez Máynez, líder nacional de Movimiento Ciudadano (MC), le mandó una carta (y no precisamente amistosa) a la presidenta Claudia Sheinbaum. En el texto, el líder de MC acusa de adelantar los tiempos electorales y no decir toda la verdad sobre su postura. Máynez, fiel a su estilo, aprovechó para marcar distancia de todos: aseguró que MC no pertenece a ninguna alianza —ni con Morena ni con el PRIAN— y que su partido mantiene una agenda progresista propia. De paso, le recordó al gobierno que hay temas más urgentes que los discursos políticos: la reducción de la jornada laboral, la defensa de los derechos laborales y las causas sociales que, según él, la admi nistración federal tiene en pausa. La carta fue más un golpe político con sello naranja que una respuesta institucional.