Opinión

Columna Itinerante: El alcalde que quería ser policía

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Presidente Municipal de Uruapan, Carlos Manzo, asesinado el 1 de noviembre de 2025 (Foto: Facebook)

Me voy a tomar atribuciones que no me corresponden […] aquí van a aprender por las buenas o por las malas: Mauricio Fernández Garza

¿Qué le diría usted a una persona que cree que tener más mérito y eficacia por cubrir un trayecto con mucho esfuerzo caminando o corriendo durante largas horas que bien podría hacer en un avión en una hora?

El escándalo en política y en seguridad no incrementa la efectividad, ni de las políticas públicas ni de las estrategias, los lives o stories en redes no añaden efectividad a un gobierno, termina siendo puro pan y circo mediático.

El alcalde que quería ser policía —y uno muy malo, por cierto, ya que no se apega a los procedimientos básicos de la academia de policía, basados en protocolos y leyes— bien podría aplicarse al recientemente fallecido alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlo Manzo.

El mencionado alcalde, como muchos otros a lo largo y ancho del mundo, puede ser considerado parte de la serie de personajes a los que he llamado el “Modelo Trump”, que asumen un tono de impacto irreverente, sin “pelos en la lengua”, muy al estilo de la subjetividad de nuestros tiempos, basada en la indignación y el odio, el narcinismo—según el concepto acuñado por la psicoanalista francesa Colette Soler, que une narcisismo con cinismo, que por el escándalo que generan creen ilusoriamente que están más cercanos a la verdad, trabajando mejor y con muchos “huevos”, similar a la veracidad que se cree que posee un influencer por el número de seguidores que tiene en sus redes sociales, un absurdo.

En un contexto perverso de narcinismoque lo mismo legitima el crimen de “tomar la ley en las propias manos” y desear reducir a los ciudadanos a simples clientes de empresas privadas, ¡concesionarlo todo!, bajo el argumento del fracaso del Estado, surgen personajes como Donald Trump, Meloni, Milei, Bukele, Bolsonaro, Manzo…(en su momento Vicente Fox en México, que también encantó a una gran parte de la población con su con habla soez) por mencionar algunos que creen que basta con explotar la indignación y el miedo de la gente para poder gobernar, ¡No se gobiernan ni ellos mismos!

Lo terrible es que el ejercicio de un gobierno no se mide en likes (Véase el gobierno de Nuevo León), la cantidad de indignación o intentos de golpes de estado, como los recientes en EUA y Brasil, sino por las acciones estructurales y gestión de una administración pública en todas sus áreas.

Hacer videos donde, armados y con chalecos antibalas, se acompaña a policías en sus granaderas, insultar a los delincuentes de a pie y no a las grandes corporaciones del crimen y a los jefes de jefes de estas, equivale a detener a una persona con un coche que quema aceite y quererle “facturar” toda la contaminación de un estado o ciudad, simple demagogia que, como hemos visto, también tiene sus peligros. Basta con escuchar visiones nacionales y globales sobre las estrategias amplias, inteligentes y bien planeadas, para darse cuenta de que la verdad siempre está en otro lugar, respecto a desear verdaderamente querer combatir el crimen. Véase por ejemplo los análisis de Roberto Saviano y Edgardo Buscaglia, entre otros.

Justificar el funcionamiento perverso de gobiernos (“mátalos en caliente”) para atacar a perversos criminales, conlleva a la degradación del Estado y las fuerzas del orden, al tiempo que crea una cultura a todos los niveles (escuelas, familia, empresas y demás instituciones) para que funcionen en esa misma línea de “ojo por ojo y diente por diente”, donde vemos que se replican las mismas lógicas del discurso macro. ¿O acaso no vemos que dichas palabras y modus operandi se están repitiendo en más lugares, por ejemplo, en el sector salud y turístico?

*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez

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