Alessandra Rojo de la Vega se lució este fin de semana en su primer informe como alcaldesa de Cuauhtémoc. Con escenario digno de alfombra roja, fue arropada por figuras del PAN, del PRI y hasta uno que otro nostálgico del PRD. Todo le salió impecable, los aplausos, las selfies y los discursos… hasta que, en un descuido, se le cruzaron los mapas y dijo que Mauricio Kuri —sí, el de Querétaro— era gobernador de Quintana Roo. Un lapsus geográfico que no empañó la jornada, pero dejó a varios con cara de “¿cómo?”. Por lo demás, el tono fue poético, casi de campaña, y no faltaron las miradas cómplices. Entre los invitados destacó el nuevoleonés Patricio Lozano, quien cambió su querida Pesquería por los reflectores capitalinos para sumarse al equipo de Alessandra.
Grecia Quiroz, presidenta municipal de Uruapan, ya se mueve escoltada bajo un operativo de máxima seguridad. Durante su concentración masiva, la política pidió permiso al pueblo para implementar esta medida, asegurando que era por precaución. Pero lo más curioso fue la reacción de la gente: lejos de molestarse, varios le gritaron: “¡Eso! ¡Así mero, cabnes!”. La escena terminó siendo una fiesta.
Gloria Álvarez, politóloga y escritora guatemalteca, volvió a escena intentando revivir la fama que tuvo hace una década. Con su discurso de siempre y aires de grandeza, busca recuperar atención apelando al victimismo. En redes, anunció su participación en la FIL Guadalajara y dijo haber recibido amenazas. Si es cierto, las autoridades deberían garantizar su seguridad; aunque, para muchos, el mayor riesgo que enfrenta Gloria hoy es el de la irrelevancia.