Opinión

Tiendita de la autonomía

A través de una campaña se busca visibilizar la labor de las personas que atienden las tienditas de la esquina, además de mostrar su valor e importancia
A través de una campaña se busca visibilizar la labor de las personas que atienden las tienditas de la esquina, además de mostrar su valor e importancia (Pexels)

Cada pequeña tienda abierta en una esquina, cada negocio levantado desde el hogar, oficio aprendido o crédito obtenido representa una declaración política contra el sistema que ha confinado históricamente a las mujeres al silencio económico.

La “tiendita feminista” —nombre con el cual la coordinadora del Programa Autonomía Económica de las Mujeres, María Elena Esparza, presentó el viernes la exhibición de productos comercializados por mujeres— no solo vende productos: construye libertad.

En la lógica de Autonomía Económica de las Mujeres, instruido por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, ningún discurso de igualdad puede sostenerse si las mujeres no tienen independencia económica.

Los datos demuestran el reto: 42 por ciento de los hogares son encabezados por mujeres y 37 por ciento de ellas padecen pobreza de ingresos, es decir, no tienen recursos suficientes para asegurar bienestar. A esto se suma que el trabajo de cuidados —no remunerado y casi siempre invisible— consume en promedio 36 horas semanales de las mujeres.

Frente a esa realidad, el emprendimiento se convierte en vía para acceder a la libertad. Pero el camino no es sencillo: el sistema financiero ha excluido históricamente a quienes no tienen comprobantes de ingresos, historial crediticio ni garantías patrimoniales. El modelo patriarcal se reproduce incluso en el sistema bancarizado.

Autonomía Económica para Mujeres, desarrollado desde la Secretaría de las Mujeres encabezada por Daptnhe Cuevas, interviene precisamente allí donde el mercado falla. Bajo la coordinación de María Elena Esparza se diseñó un modelo de localización de las mujeres con mayor necesidad de autonomía económica para otorgarles capital semilla, microcréditos o empleo.

Brugada lo dijo claramente: “ninguna mujer puede ser libre sin independencia económica”. La “tiendita feminista” no es metáfora, es la célula básica de una economía más justa.

@guerrerochipres

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