Opinión

Ruido de fondo

Vivir en la CDMX es un lujo… que ya no podemos costear

Transporte público aumento
Transporte público aumento

Por Alejandro Piña

Coordinador Estatal de Movimiento Ciudadano en la CDMX

Cada día, miles de capitalinos viven la misma paradoja: trabajan en la ciudad, pero cada vez viven menos en ella. Lo que alguna vez fue símbolo de oportunidades y diversidad, hoy se ha convertido en un territorio que expulsa a su propia gente. En la Ciudad de México, la vida se volvió cara —demasiado cara— para quienes sostienen esta gran urbe.

Rentar un departamento se volvió misión imposible. Las rentas duplican o triplican el ingreso promedio de una familia. Los jóvenes que buscan independizarse descubren que no hay manera de pagar un techo sin renunciar a media quincena. Familias que habitaban barrios céntricos fueron empujadas a la periferia, con precios todavía accesibles, sin embargo, el costo real se mide en horas de traslado y en calidad de vida perdida.


La capital se ha convertido en un campo de batallas diarias: encontrar transporte, llegar a tiempo, pagar la renta, soportar trayectos interminables. A todo esto se suma un problema silencioso pero igual de profundo: vivimos para trabajar. Mientras en el Congreso se discute la jornada laboral de 40 horas, en la Ciudad de México miles de personas trabajan mucho más de eso.

Y como si no bastara con las rentas impagables, los servicios caros y los alimentos que no dejan de subir, el gobierno decidió incrementar el costo del transporte público. El llamado “tarifazo” es la muestra más clara de una autoridad desconectada de la realidad: subir el precio de un servicio deficiente y sin mejoras reales es castigar doblemente a la gente que más depende de él.

Esta ciudad, que se presume moderna y progresista, carga con un modelo de desarrollo que la está volviendo invivible. Las rentas suben, los servicios se encarecen, el transporte público es cada vez más ineficiente. No solo se trata de un problema de dinero: es una forma de exclusión silenciosa que mide la dignidad en pesos y minutos

Tras siete años después de promesas de transformación, solo han administrado la inercia, no la cambiaron. La alternativa pasa por entender que la ciudad no se arregla con propaganda, sino con planeación. Vivir la Ciudad de México no debería ser una batalla diaria. Debería poder vivirse, no solo sobrevivirse.

La alternativa que impulsa Movimiento Ciudadano, es que una ciudad moderna no tiene que ser una ciudad excluyente. Podemos construir una Ciudad de México vivible sin frenar el desarrollo, pero cambiando sus prioridades. Apostar por vivienda accesible cerca del trabajo, transporte público eficiente, limpio y pagado por el Gobierno para algunos sectores, servicios que funcionen y salarios que alcancen. No se trata de detener el futuro, sino de hacerlo habitable.

Vivir en nuestra capital no puede seguir siendo un lujo reservado a unos cuantos. Una ciudad que presume inclusión no puede seguir siendo inaccesible para la mayoría de sus habitantes.

En las próximas entregas, hablaremos a detalle de cada batalla que luchamos a diario.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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