Adolfo Cerqueda, alcalde de Nezahualcóyotl, es criticado por unos y amado por otros, así es esto de la política. Tras volver de Barcelona se topó con la sorpresa de que la revista Forbes Latinoamérica reconoció su trabajo como presidente municipal mexiquense. Según la publicación, destaca por gobernar uno de los municipios prioritarios del Plan del Oriente del Gobierno federal, además de que coincide con un grupo de empresarios, médicos, políticos, periodistas, consultores y abogados, donde es visto como visionario, resolutivo e innovador. Cerqueda no solo cuenta con el apoyo de Sheinbaum o Delfina, sino que los expertos ya pusieron el ojo en él.
Tomás Montoya, diputado local de Morena en Nuevo León, y con pasado priista marcado a fuego, intentó lucirse con un programa permanente de precios y tarifas preferenciales para la banda nuevoleonesa. Todo pintaba para ser su “gran golpe”, el gesto bonito que le iba a sumar aplausos… hasta que, bueno, topó con pared. Porque mientras él hablaba de beneficios y ahorro, en los pasillos del partido le recordaron otra cosa: “¡Estamos en Morena, Tomás!”. La frase se volvió man- tra entre simpatizantes que, lejos de aplaudirle, salieron a reclamarle supuestas compras de voto durante la elección interna para conformar los comités del partido en Guadalupe. Cuentan que varios militantes lo encararon directo, sin rodeos, quejándose de prácticas “de otro partido”, justo las que Morena siempre presume combatir. Y como el historial priista del diputado le cuelga como etiqueta difícil de arrancar, la acusación agarró vuelo entre el chismógrafo interno. En corto, hay quienes dicen que el movimiento no está dispuesto a “tolerar mañas viejas con playera nueva”.

