La existencia de presos políticos en América Latina y el Caribe muestra cómo, cuando la crítica incomoda, el autoritarismo responde con represión. En países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, las detenciones arbitrarias y los juicios sin garantías se han vuelto prácticas frecuentes para intimidar a la sociedad e inhibir la disidencia. Por eso es esencial visibilizar estos casos y evitar que la injusticia se normalice.
La memoria, cuando se comparte, tiene la capacidad de romper el silencio. Con ese espíritu surge el evento “Por la Libertad”, que se llevará a cabo el próximo 25 de noviembre en la Alcaldía Miguel Hidalgo, bastión de la libertad. Ahí presentaremos la exposición fotográfica “Voces de luz en medio de la oscuridad”, integrada por 22 imágenes que retratan la dignidad de quienes han sido encarcelados por ejercer sus derechos.
La muestra incluye una sección dedicada a las mujeres presas políticas y otra centrada en las juventudes, resaltando que son las nuevas generaciones quienes hoy levantan la voz con mayor fuerza. La defensa de la libertad también es por los jóvenes que no se conforman con guardar silencio y que se organizan, marchan y cuestionan al poder con una determinación que incomoda. La movilización del 15 de noviembre (15N), protagonizada por la llamada Generación Z, dejó claro que el deseo de cambio y justicia está vivo en quienes han decidido no heredar el miedo ni las injusticias.
La participación de Tamara Sujú, reconocida defensora de los derechos humanos, aporta un testimonio imprescindible a este espacio. Su labor documentando abusos y crímenes de lesa humanidad en Venezuela ha permitido que la verdad siga aflorando, incluso cuando los gobiernos intentan ocultarla.
Aunque con frecuencia volteamos a ver otros países cuando hablamos de presos políticos, México tampoco está ajeno a esta realidad. Nuestra historia reciente registra episodios de persecución y criminalización de la protesta, y las detenciones de jóvenes tras la marcha del 15N reavivaron la discusión sobre el uso del poder para castigar la inconformidad. Las denuncias por irregularidades, la falta de información clara y las acusaciones desproporcionadas recuerdan que la libertad nunca está plenamente garantizada y que incluso una democracia puede fallar frente a voces incómodas.
Reconocer la existencia de presos políticos, dentro y fuera del país, es un ejercicio de honestidad democrática. Mantener viva su memoria es afirmar que, mientras haya personas encarceladas por pensar distinto, la libertad seguirá siendo un proyecto inconcluso. El reto es no desviar la mirada, porque la oscuridad avanza cuando dejamos de nombrar lo que duele. Al tiempo…
DETALLES. Quiero felicitar a Andrés Pastrana por su reelección como presidente de la Internacional Demócrata de Centro (IDC–CDI). Me alegra que su liderazgo y su compromiso con la libertad y la democracia vuelvan a ser reconocidos.
La IDC–CDI es una organización internacional integrada por 82 países y 115 partidos políticos de orientación demócrata cristiana, humanista, de centro y centroderecha, unidos por la defensa de la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Por Mariana Gómez del Campo
Secretaria de Asuntos Internacionales del CEN del PAN y Presidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).

