Opinión

Del pecado al adiós: el teatro mexicano en su mejor momento

¡Qué buena vida! Por Ricardo Tinajero

El pecado mejor cometido
El pecado mejor cometido (Foto: El pecado mejor cometido / Teatro Milán)

La semana pasada hubo gran movimiento en el Teatro Milán, ya que se reestrenó la puesta en escena El pecado mejor cometido. En lo personal, no había tenido oportunidad de verla y este era el momento. Ahí estaba, sentado en mi butaca —muy buenos asientos, por cierto— cuando se levanta el telón.

La obra cuenta la historia de Hermes y Edith, dos jóvenes con un matrimonio ejemplar que siguen al pie de la letra las buenas costumbres y los cánones que la palabra de Dios impuso hace más de dos siglos. Sin embargo, unas visitas inesperadas lo cambian todo y sacan a flote el lado oscuro de esta singular pareja.

No paré de reír con esta comedia mordaz que se burla de las terapias de conversión a más no poder. Como diría nuestro ilustre poeta michoacano, Juan Gabriel: “Lo que se ve no se juzga”. No quiero adelantarles la trama, pero está divertidísima y el elenco es un diez. Pablo Perroni, verdaderamente eres el Rey Midas: todo lo que tocas se vuelve maravilloso. Su personaje de Hermes me encantó.

Además, está rodeado de grandes actores como Andrea de Fátima, José Ramón Berganza, Paola Arrioja, Daniel García y Paola Madrigal. El texto es de Emiliano Ferreira y la dirección, de Amanda Farah. Esta obra podría ser un excelente regalo para el intercambio, ya que estará en escena hasta el 30 de diciembre, solo los martes. Vale muchísimo la pena.


Y hablando de teatro, por fin vi la obra de la que todo mundo habla: El adiós, dirigida por Boris Schoemann, quien lleva el texto de Mireille Bailly al siguiente nivel. Es una delicia ver en escena a Alejandro Calva, Esther Orozco, Fernando Bueno, Constantino Morán, Pilar Boliver y Emmanuel Pavía.

Solo a Boris se le ocurriría reunir a este gran cuerpo de histriones para contar una historia llena de toxicidad —como dicen los chavos hoy—, donde los papeles se invierten: aquí son los padres quienes no dejan ir al hijo del nido. Lo retienen, lo asfixian; la pobreza y las circunstancias vuelven todo caótico cuando él les confiesa que tiene novio.

Y la cosa se pone aún mejor —parezco vieja chismosa— cuando los padres del novio van a conocerlos. Calva y Esther Orozco están extraordinarios: son el matrimonio más asfixiante que he visto, aunque seguro la realidad podría superarlos. Fernando… qué tamaño de histrión, pocas veces había visto semejante talento; mis respetos.

Constantino Morán y mi adorada Pilar Boliver logran una dupla perfecta como los padres “de abolengo”. Y Emmanuel Pavía como el novio… ni mandado hacer. El final es muy bello. Felicidades a todo el elenco, y a mi querido Boris: gracias por esta joya que nos trajiste. Ya espero los Anti Navideños.

Lamentablemente, solo le queda este fin de semana. Yo que ustedes corría al Teatro Santa Catarina a comprar boletos, porque incluso mientras estaba ahí veía entrar gente que ya no alcanzaba entradas. ¡Ya se la saben!

Los invito a sugerirme, comentarme y recomendarme lo que les gusta. Mis redes sociales: Twitter @Tinajas e Instagram @tinajas75. Nos vemos la próxima semana.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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