Opinión

La otra cara del fine dining: sudor, deportaciones y un chef brillante

Para leer con: “Harness the Wind” de Calexico

Fine dining
Fine dining (Gemini)

Hay biografías que parecen escritas para el cine y otras que, sin proponérselo, desbordan realidad. La de Lalo García pertenece a esta última. En El chef migrante (Grijalbo, 2025), Laura Tillman construye un retrato que no necesita adornos: escucha, observa y acompaña a un hombre cuya vida cruza campos agrícolas en Florida, cocinas implacables y un restaurante que hoy marca pauta en la Ciudad de México.

Laura Tillman trabaja con paciencia de artesana. No se conforma con el perfil público del chef: conversa con él durante años, lo sigue en sus rutinas, presencia servicios desde la orilla y deja que la memoria, esa mezcla de sabor, tacto y nostalgia, vaya hilando el relato. Su método no dramatiza: captura matices. Reconoce las contradicciones humanas sin convertirlas ni en fábulas de superación ni en moralejas fáciles, sino en materia viva y compleja.

Uno de los hallazgos más finos del libro está en las manos de Lalo García. Antes de probar, toca: desmenuza, presiona, interpreta texturas como si leyera una partitura. Tillman entiende ese gesto como herencia de sus primeros trabajos y como instrumento profesional afilado con la disciplina de un concertista. Y lo narra sin grandilocuencia: es una historia que se cuenta desde el cuerpo.

La autora también ilumina un territorio poco visto: la intimidad real de la cocina. No la que presume espectáculo, sino la que sostiene el día a día. Aprende ritmos, horarios y coreografías mínimas que permiten que un plato llegue a la mesa. Y en esa cercanía descubre algo revelador: admirar un restaurante implica comprender sistémicamente la disciplina, la coordinación y el toque humano que lo hace posible.


El libro también reimagina la lectura de la migración. Lalo García cruzó fronteras, vivió sus duelos y regresó a México para reinventarse. Laura Tillman no reduce ese trayecto a una moraleja: lo presenta como un proceso lleno de decisiones difíciles, accidentes inesperados y segundas oportunidades. Un recorrido que explica su cocina tanto como sus silencios.

Aparece además una pregunta que no solemos ver: el origen real de los ingredientes. Laura Tillman muestra la búsqueda de productores confiables, la importancia de asegurar trazas verificables y el reto de sostener una cocina honesta en un ecosistema donde no siempre es fácil seguir cada eslabón. Lo aborda sin sermones ni consignas: desde la experiencia de quienes se toman en serio la responsabilidad de hacerlo bien.

Quizá lo más entrañable es cómo la autora revela que el éxito de Lalo no cancela su raíz, sino que la acompaña. Su historia no pretende ejemplificar nada: muestra cómo una vida puede transformarse sin perder su centro. El resultado es un retrato humano, trenzado con detalles, donde la cocina es memoria, oficio y una forma propia de avanzar.

El chef migrante deja la impresión de que detrás de un gran plato siempre hay una gran historia. Y a veces esa historia necesita a alguien que la escuche con la atención con la que Laura Tillman escuchó a Lalo García.

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