Opinión

Columna Itinerante: Fugacidad virtual

En Jalisco incrementó el uso de la tecnología en los hogares. Foto: Sitio web Pulzo.
Hay incrementó el uso de la tecnología en los hogares

Diferentes situaciones:

Abre el celular, decenas de notificaciones por revisar, además del tsunami de todo lo que se ha estado compartiendo mientras dormía; no hay tiempo ni contenido que perder, hay que actualizarse de todo lo que se está compartiendo, no quedar fuera.

Cuando menos se da cuenta ya han pasado tres horas, el tiempo vuela –se dice—a pesar de haber permanecido en una posición tan incomoda, el ser y el cuerpo se convirtieron en simple mirada pegada al móvil. La desesperación de un video lento que dura casi dos minutos, adelantémoslo; después de todo eso tardará un momento en recordar en qué día se encuentra y qué es lo que tiene marcado para esa mañana.

En otro lugar, no muy lejos de ahí, al menos virtualmente, ya que geográficamente dicha distancia se haría en medio día de vuelo, unos guionistas tienen una junta con el director y los productores, están planteando una nueva película y necesitan revisar los guiones. “Las frases son muy largas, muy complejas, no las entenderán, perderás la atención, pueden acortarlas, que sean más breves, de impacto”. Todos toman notas, la junta termina en menos de cinco minutos.


Se comienza a agitar mientras edita una foto para su Instagram, le gusta como sale, pero al mismo tiempo no, hay algo que no cuadra, no sabe qué, sigue intentando, se desespera, la maestra le pide dejar el celular y poner atención a la clase. Ella no sabe de qué están hablando, no ese día, sino desde el inicio del semestre y en dos semanas terminan.

Una pareja intercambia mensajes por WhatsApp, van desde simples saludos hasta tocar temas complicados que tenían pendiente, nadie habla, sólo escriben, la cuestión es que ninguno oye la entonación del otro, cada uno da el sentido a lo que lee, de pronto nadie escribe, pasan las horas, después un sticker y un buenas noches de un lado, intenta retomar la comunicación, del otro lado, ninguna respuesta.

Se va la luz, no hay electricidad, por lo tanto, no funciona el modem, no hay internet. Los sistemas no pueden cobrar, únicamente se acepta efectivo.

El mundo que no es mundo, pero tiene algo del mundo (al menos del mundo humano)

A finales del siglo XX, cuando se fue generalizando el uso del celular, una compañía telefónica tenía un slogan que decía “el mundo en la palma de tu mano”. Claro, sólo que para que el mundo esté en la palma de la mano tiene que ser un mundo que no es mundo, sino, más bien, una especie de digitalización, de información (palabras, imágenes y sonidos) que den la sensación del mundo. Lo mismo que sucede con la mal llamada inteligencia artificial, que en realidad es un sistema complejo de reconocimiento de patrones, no piensa, precisamente porque no duda y no crea, pasa con la vida virtual, comparte con la vida humana el detalle de la virtualidad, de las imágenes y las palabras, como tejido que organiza la vida humana, pero, hay algo que falta, que jamás podrá capturar. No hay que olvidar el registro de lo real, aquello que escapa a cualquier forma o medio de operacionalización discursiva o matemática, aquello que sorprende, por ejemplo, el mundo y el cuerpo como vitalidad irreductible por vía de cualquier algoritmo, eso que no responde a un ritmo estadístico o combinatoria de datos, eso que no tienen nombre ni nunca tendrá.

*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez

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