La semana pasada pude ver en el teatro algo que me generaba mucha expectativa, nostalgia y enormes ganas de cantar. Alejandro Gou tuvo la brillante idea de traer a México TINA, The Tina Turner Musical.
Abro un pequeño paréntesis para reconocer a este genio y visionario del teatro mexicano, quien ha logrado traer producciones directamente desde Broadway tal como se exhiben en la Gran Manzana: en su lengua materna —obviamente con subtítulos—, mostrando auténticas joyas del teatro internacional.
Esto demuestra que estamos a la par de cualquier capital del mundo. Eso sí, en mi humilde opinión, considero que la temporada es muy corta para que más gente pueda disfrutarla.
El día de la función de prensa e invitados, como ya es tradición, Alex aventó la casa por la ventana. Hubo cocteles, botanas y todo tipo de amenidades culinarias. Y si alguien quería algo distinto, siempre estaba la clásica dulcería. Eso es algo que me encanta: encontrarte con la comunidad artística de este bendito país reunida en el gran lobby del Centro Cultural Teatro 1. Si me pongo a mencionar nombres, no termino nunca.
Además, el trato a los medios de comunicación es de primera. Nos hacen sentir como reyes, y no es casualidad, ya que detrás está la agencia de relaciones públicas Pin Point, encabezada por mi amigo Ramsés López, que se las sabe de todas, todas.
Una vez con los boletos en mano, llegas a tu lugar y comienza la magia cuando suena la tercera llamada y se levanta el telón. ¡Wow!, qué espectáculo. Se cuenta la vida de esta gran leyenda que fue Tina Turner: una infancia precaria, una adolescencia complicada y un talento que desde muy pequeña la obligó a abrirse camino en el medio artístico.
No fue una historia sencilla. Tina fue una mujer que sufrió violencia durante muchos años, hasta que decidió decir basta. Estuvo cerca de la bancarrota y apenas subsistía presentándose en Las Vegas con un show poco exitoso. Pero alguien apostó por ella, alguien supo ver su grandeza, y fue así como encontró al hombre con quien pasó los mejores años de su vida, hasta su muerte.
Las casi tres horas de duración no se sienten en absoluto. Cuando algo te atrapa de esa manera, el tiempo se vuelve irrelevante. Y más aún cuando comienzan a sonar las canciones clásicas que todos conocemos: el cuerpo se llena de emoción.
Pero lo mejor llega al final. El cierre es tan excitante que el musical se transforma en un concierto: el público se pone de pie, canta, baila y sale del teatro con una energía impresionante, con ganas de seguir cantando incluso en el coche de regreso a casa.
No puedo dejar de dar crédito a quienes hacen posible esta maravilla: el dramaturgo Katori Hall; la directora escénica Phyllida Lloyd; el director musical Nicholas Skilbeck; y el coreógrafo Anthony van Laast. Sin ellos, el extraordinario elenco no podría brillar como lo hace.
Destacan Darilyn Burtley (Tina), Monty Kane (Ike & Tony Turner), K. Berenice (Zelma Bullock), India Shelbie Boone (Tina alternante), Eva Ruwé (Gran Georgeanna), Eleni Kutay (Rhonda Graam/Toni Basil), Brooke Aneece (Ikette/Alline), Lamar Burns (Raymond Earl King/Craig Turner), Kyle Channel (Phil Spector/Ensemble), Lee Thomas Cortopassi (John Carpenter/Ensemble), Keemar Robert Davis (Richard Bullock/Ensemble), así como las niñas Claire Davy y Ausette Jones (joven Anna-Mae Bullock, joven Craig Turner y joven Alline).De verdad, gracias, Alex Gou, por ponernos a la vanguardia y demostrar que México está a la altura de lo que se ve en Nueva York.
Los invito a sugerirme, comentarme y recomendarme lo que les gusta. Mis redes sociales:Twitter: @TinajasInstagram: @tinajas75. Nos vemos la próxima semana.
