Hay lugares donde se va a comer, dicho llanamente, a satisfacer una necesidad, lo que no es el caso del Restaurante Catorze, pues aquí se acude para comer bien, para disfrutar de los sabores que proporcionan sus platillos y regodearse en cada uno de sus bocados por la exquisitez con que son preparados.
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El lugar resulta bastante acogedor por el predominio del color azul mediterráneo combinado con otros tonos como gris y blanco que dan una sensación de serenidad para degustar con calma la fusión de su cocina española-mediterránea contemporánea, acompañada de alguno de sus cocteles de autor que también son su fuerte.
Su carta
El menú, como es de esperarse, cuenta con suficientes opciones para satisfacer los más variados gustos en sus distintos apartados: entradas frías y ensaladas; crudos, marinados y mariscos; entradas calientes; arroces y pastas; sopas y caldos; pescados y carnes.
Para quienes gustan de la cocina española este es el lugar correcto pues encontrarán jamón serrano de reserva o ibérico de Jabugo, solomillo, tortilla española, huevos rotos, chipirones, arroz de rabo de toro, lentejas estofadas con foie y panceta o el tradicional cocido madrileño, por mencionar algunos.
El calor ya se siente intensamente por toda la Ciudad, así que la prioridad es aplacar la sed con un Tropizcal, preparado con Mezcal Creyente, mango, licor de chile ancho y sal de gusano, además de un Coco Fresh, de su apartado de Mocktails, a base de agua de coco, albahaca morada, y Simple Syrup… ¡revitalizantes!
La experiencia
Ahora sí, toda la atención en las delicias del menú, y se pide una ensalada griega con rodajas de tomate, un toque de pepino, aceitunas, sal de grano, queso feta y cebolla morada, cuyo sabor augura que esto es sólo el comienzo de un delicioso festín ¿cómo una ensalada puede causar tal entusiasmo? Se nota la experiencia acumulada del chef Álvaro Crespo.
Enseguida llega la ensalada de Ventresca de Atún sobre Pimientos Confitados, tremendamente buena, pues los pimientos tienen un gusto semidulce y acido que contrasta con los brotes con los que es servida, pero marida a la perfección con la ventresca, ya que esta parte del atún tiene mayor proporción de grasa buena que le da un sabor intenso, fino y delicado que la convierten en una auténtica delicia.
En lo que llega el siguiente plato, se observa detenidamente alrededor del local y se mira con atención la clientela: parejas jóvenes, un grupo de amigas reunidas en uno de sus tres salones, jóvenes en los 30 en la terraza charlando amenamente, todos con un aire de satisfacción en sus rostros, quiero pensar que por la comida que están degustando, además de la amena charla y compañía.
Algunos de los guisos llevan su tiempo, como el pescado a la sal para dos personas que requiere al menos 30 minutos, como nos advierte el mesero, pero en este caso optamos por media docena de camarones jumbo con mayonesa de lima y chile rojo que no necesitan de tanto tiempo y resultan una verdadera exquisitez.
A pesar de la sencillez de su preparación, dejan con muy buen sabor de boca, pues solamente van cocidos, aderezados con sal de grano y el resto del sabor lo añaden la mayonesa de lima y la de chile rojo, que no es picante, pero cumple su función de realzar la sazón.
Realmente cuesta trabajo decidirse por los platos fuertes, pero para observar la Cuaresma, se eligen la Lubina bilbaína con gambas y el robalo a la gallega, ambos perfectamente cocidos para darle el toque de suavidad y jugosidad necesarios para darle placer al paladar.
El primero va acompañado de rodajas de papa, que por sí solas tiene un sabor exquisito ya que previamente son cocidas y se meten a hornear con aceite de oliva y sal de grano y encima una decena de camarones.
El segundo, son deliciosos trozos de robalo horneado y aderezado con perejil, aceite de oliva y sal de grano, un toque leve de pimienta que le dan un gusto delicado y exquisito. Un Chardonnay 2V de Casa Madero, proporciona el maridaje ideal para ambos platos.
El estómago ya no da para más, pero siempre hay un lugar para el postre y se ordena uno muy español, Tarta Santiago con helado de turrón y, por recomendación del mesero porque no está en la carta, una galleta horneada con strudel de manzana, helado y frutos rojos. Dos capuchinos complementan el cierre de esta extraordinaria aventura culinaria.
En resumen...
¿Para qué tipo de personas es este lugar? Para todo aquel que ame la comida deliciosa y bien preparada, comida sencilla y sin pretensiones con ingredientes de calidad y correctos; para aquellos que aprecian lo tradicional pero también la innovación en su preparación.
Vale la pena que te des una vuelta y vivas esta experiencia en familia o con amigos, pues hay lugar para todos, además, es de destacar que su relación precio-calidad es bastante buena, pues para un restaurante ubicado en pleno Masaryk, los precios no son elevados como pudiera pensarse.
Restaurante Catorze
Presidente Masaryk 61, entre Sudermann y Torcuato Tasso
Reservaciones 55 1560 7219
