Frente al riesgo de complicaciones médicas y los elevados costos que representa para los sistemas de salud la inserción de Catéteres Venosos Centrales (CVCs), los Catéteres Centrales de Inserción Periférica (PICCs) guiados por ultrasonido son actualmente la opción más segura, eficiente e innovadora para los pacientes críticos, quirúrgicos y con ciertas enfermedades crónicas.
Los CVCs son dispositivos de 20 a 30 centímetros de longitud que generalmente se insertan desde la vena subclavia o la yugular interna mediante un procedimiento realizado por un médico en una unidad de cuidados intensivos o en un quirófano.
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Las complicaciones más comunes son punción arterial, hematomas, infecciones en el torrente circulatorio relacionadas con el catéter, hemotórax/neumotórax, arritmias y lesión neurológica.
Se presentan hasta en 19% de los pacientes, prolongando su estancia hospitalaria entre siete y 12 días y generando gastos de atención.
Infecciones
Aunque no hay datos precisos para México, en Estados Unidos (según publicaciones del Centro para Control y Prevención de Enfermedades) cada año hay 250 mil casos de infección bacteriana del torrente sanguíneo (CRBSI por sus siglas en inglés) asociadas a la colocación de CVCs.
Frente a este panorama, los PICCs asistidos con sistemas de seguimiento y confirmación de la punta del catéter mediante ultrasonido son una solución de vanguardia, eficiente y segura para el paciente, al tiempo que ayudan a optimizar los recursos del hospital.
Estos dispositivos combinan los beneficios de los PICCs con la eficiencia de la inyección de medios de contraste. Están indicados para la terapia de infusión mayor a siete días y menor a 12 meses; para la administración de medicamentos y soluciones, nutrición parenteral, quimioterapia, antibioticoterapia y terapias para infusión de células madre hematopoyéticas.
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