En el corazón de la Ciudad de México, una nueva propuesta culinaria está cautivando paladares y redefiniendo la experiencia del fideo. Se trata de Fideo Gordo, un innovador restaurante que no solo promete, sino que entrega una aventura gastronómica que desafía las expectativas.
El alma creativa de este espacio es el chef Edo Nakatani, un maestro culinario cuya trayectoria es tan fascinante como sus creaciones. Con raíces que se entrelazan entre Japón y México, Nakatani ha forjado un camino único en el mundo gastronómico.
Su trayectoria comenzó en el año 2000, al lado de la reconocida chef Mónica Patiño, y se perfeccionó en las aulas del prestigioso Culinary Institute of America en Nueva York.
Sin embargo, la verdadera magia surgió cuando Nakatani decidió honrar su herencia familiar. “Vengo de una casa donde había un japonés, una abuela mexicana con ascendencia española y luego la familia se fue haciendo más grande”, comparte el chef, revelando la rica herencia cultural que inspira su cocina.
Así es como surge este restaurante centrado en el udon, un fideo japonés con una textura única, que el chef define como cocina nikkei mexicana.
Esta fusión no es un capricho, sino el resultado de una profunda conexión personal y cultural.
“La realidad es que tiene mucho que ver con la forma en cómo crecí. Nuestra mesa siempre era una cosa muy particular”, explica. Esta diversidad en su crianza se traduce en platos que sorprenden y deleitan, como el udon con birria y especias chinas, una creación que desafía las fronteras culinarias tradicionales.
Variedad de sabores
En Fideo Gordo, cada platillo es una obra de arte que fusiona ingredientes y técnicas de ambas culturas. Para los aventureros, Nakatani recomienda “el udon con una mezcla de birria con especias chinas del área de Shaanxi o Xi’an; es muy picante porque la idea es respetar las formas”.
Para paladares menos atrevidos, ofrece opciones como un udon con mariscos y una mezcla de pasta miso con chile ancho, que es más suave.
Asimismo, el chef invita a los comensales a salir de su zona de confort y descubrir nuevos sabores. Para ello, es crucial entender que Fideo Gordo no es un restaurante de ramen. Como Nakatani enfatiza: “Hay una gran diferencia entre udon y ramen, desde las materias, formas, texturas y el caldo. El udon es mucho más ligero, no hay grasa; es un fideo”, señala.
Un viaje visual a Japón
Ahora hablemos del ambiente que encontrarás, que es tan cautivador como su comida. Inspirado en el colorido barrio de Tennoji en Osaka, el diseño del restaurante es una celebración visual de la cultura japonesa.
“Mi idea era reflejar un área particular de Osaka... que es un área llena de color y de cosas emblemáticas como los peces globo o pulpos”, explica Nakatani.
Cada detalle ha sido cuidadosamente seleccionado, desde la barra de terrazo inspirada en el piso de la casa de sus abuelos hasta las obras de arte de Taeko Nomiya, una fotógrafa mexicana-japonesa que fusiona paisajes de ambos países y el look and feel del restaurante diseñado por su sobrina Carla Valdivia. Todo esto ha contribuido también a que, desde su apertura, este lugar haya experimentado un gran éxito.
“Estoy muy contento porque ha sido un reto bastante interesante”, comparte Nakatani, “está siempre lleno, a pesar de haber estado cerrado seis meses”.
Dicha aceptación se ve reflejada en su nueva sucursal en la colonia Roma Norte, que proyecta aún más el alcance de esta experiencia culinaria.
Es así como Fideo Gordo se convierte en una parada imperdible en el mapa culinario de la CDMX y en una invitación para expandir tus horizontes gastronómicos.