Durante siglos, las culturas han encontrado en la gastronomía un puente para conectarse, compartir tradiciones y entenderse mutuamente. México y Corea del Sur, separados por más de 11,000 kilómetros de distancia, han forjado relaciones diplomáticas y culturales que se han intensificado notablemente en las últimas décadas.
Ambos países comparten sorprendentes similitudes: desde su amor por ingredientes como el chile y las preparaciones fermentadas, hasta la importancia de compartir la comida en familia. Esta fusión de sabores y tradiciones se vuelve ahora protagonista del viaje México - Seúl de Aeromexico.

La puerta de entrada a Corea desde el aire
Desde la década pasada, la aerolínea mexicana conecta directamente estas dos culturas con su ruta México-Seúl, acortando distancias no solo geográficas sino también culturales.
“Creo que es muy importante introducirse en una nueva cultura desde el camino”, comenta Miguel Huerta, gerente junior de alimentos y bebidas de Aeroméxico. “Es algo muy emocionante que viene desde una posición de deseo, donde al lugar al que vas a llegar, ya te empiezan a proponer ideas y oportunidades para adentrarte en la cultura, y qué mejor forma que hacerlo a través de los sabores y platillos”.
Esta visión refleja una tendencia creciente en la industria aérea: transformar el tiempo de vuelo en una experiencia inmersiva que prepare al viajero para su destino, especialmente en vuelos de larga duración como el trayecto de 14 horas entre la Ciudad de México y Seúl.
Bibimbap y Korean BBQ: nueva tradición en las alturas
El nuevo menú, disponible a partir del 1 de mayo para los pasajeros de la clase Premier One, es fruto de una colaboración especial con la chef Minae Seo de Kasina Café, reconocido establecimiento especializado en gastronomía coreana auténtica.
La selección de platillos no fue casual. “El Bibimbap y el Korean BBQ son platillos súper tradicionales que cualquier coreano puede disfrutar y reconoce perfectamente, así como cualquier otro pasajero occidental”, explica Huerta. Esta cuidadosa elección permite tanto a viajeros coreanos sentirse como en casa, como a los mexicanos y occidentales experimentar sabores auténticos que servirán de introducción a la cultura que están por visitar.
El Bibimbap, cuyo nombre significa literalmente “arroz mezclado”, es uno de los platillos más emblemáticos de Corea. Consiste en una base de arroz blanco con verduras variadas dispuestas por secciones, proteína y un huevo, todo aderezado con gochujang, la característica pasta picante coreana. Su presentación colorida y su versatilidad lo han convertido en un favorito internacional.

Por otro lado, el Korean BBQ representa la tradición coreana de cocinar carne marinada (generalmente res o cerdo) en parrillas instaladas en la mesa. La versión adaptada para el vuelo mantiene los sabores característicos del bulgogi o galbi, con sus marinadas dulces y saladas que equilibran perfectamente la experiencia gastronómica.

“Nos hizo mucho sentido la cocina de la chef Minae en Kasina, porque guardan mucho un tema tradicional, pero al mismo tiempo tienen mucha novedad en cuanto a ingredientes y presentación”, detalla Huerta. “No son platillos, digamos, muy fríos, sino que siempre busca ella tener algún elemento que enaltezca el platillo”.
Una experiencia culinaria de calidad
La implementación de platillos tradicionales coreanos en un vuelo de larga distancia presentó desafíos únicos que Aeroméxico abordó con meticulosidad. El equipo realizó un viaje a Corea para comprender mejor las expectativas culinarias y estudió a competidores para definir la mejor propuesta.
“En los viajes a Oriente buscamos mucho que los gramajes sean los adecuados, es decir suficientes”, explica Huerta. “También se cumple con temas de vajilla específica, en este caso la vajilla coreana tiene muchas especificaciones muy importantes para la cultura, así como los palillos de acero y la cuchara grande para el Bibimbap”.
Este cuidado por los detalles refleja un profundo respeto por la tradición coreana, donde cada elemento tiene un significado. Los palillos de metal, por ejemplo, son un distintivo de la cultura coreana que los diferencia de sus vecinos asiáticos que utilizan palillos de madera o bambú.

La calidad y frescura de los ingredientes son prioritarias. La chef Minae realiza capacitaciones continuas al proveedor de comisariato en Ciudad de México, asegurando que cada platillo mantenga su esencia original.
“El comisariato cuenta con todas las medidas para asegurar un producto inocuo y la calidad de todos los platillos”, señala Huerta. “Se pasa por un proceso de desinfección en caso de vegetales y frutas, se tienen certificaciones TIF para alimentos cárnicos, además de mantener una cadena de frío durante todo el proceso”.