Este 30 y 31 de mayo de 2025 se celebrará la Convención del Café Oaxaqueño, la reunión que desde hace varias ediciones enaltece la tradición de la caficultura en el sureste mexicano.
Esta iniciativa, impulsada por productores, entidades gubernamentales, distribuidores y barras de especialidad, pondrá a disposición de sus visitantes más de 680 lotes de café de especialidad, una denominación otorgada a las microproducciones que destacan por su excepcional calidad y por su meticuloso proceso de obtención del grano, desde su cultivo hasta el tostado.
En conferencia de prensa integrada por Santiago Argüello Campos, coordinador general de Producción Agrícola y Ganadera, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor López Leyva, titular de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural del Estado de Oaxaca, licenciado Ramón Cárdenas, director general de Innovación de la Coordinación General de Innovación y Transición Agroecológica, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, maestra Hilda Hernández Hernández, enlace estatal del acompañamiento técnico en el Estado de Oaxaca y los productores de Villa Talea de Castro, Esther Chávez Cruz y Eber Olivera Baltazar, se dieron a conocer más detalles de la celebración.
El evento está concebido tanto para aficionados noveles, conocedores y distribuidores de esta industria. Durante ambas jornadas de celebración, los asistentes podrán disfrutar de conversatorios, catas, mesas de negocios, concursos y otras actividades complementarias como música en vivo.
Adicionalmente, los apasionados del café podrán deleitarse con casi todas las variedades de procesamiento del grano disponibles durante el encuentro, tales como: geisha, honey, lavado, natural, entre muchas otras alternativas.
Por un mercado cafetero equitativo
Uno de los principales objetivos de esta celebración radica en respaldar a los pequeños y medianos productores, pues este segmento sobresale notablemente en cuanto a producciones de calidad, gracias a que el conocimiento y experiencia cafetalera se ha transmitido como legado a través de generaciones.
Asimismo, se enfatiza la relevancia de la producción de café arábigo, una variedad procedente de la planta homónima, cuya característica fundamental es su capacidad para cohabitar en sistemas mesófilos, entornos donde se preserva la biodiversidad y se respeta la convivencia de flora y fauna, promoviendo así un mercado más sustentable.
Este café de especialidad representa una inversión en calidad más que un gasto. Aunque su precio puede ser superior al del café comercial, la intensidad de sus sabores permite que con menos cantidad se logre una experiencia más satisfactoria, redefiniendo así nuestra relación con esta bebida milenaria.
¿Por qué consumir café de especialidad?
Esta propuesta contribuye a establecer un mercado más justo para productores, distribuidores y consumidores. Y no solo eso, también favorece la conservación de las especies y los ecosistemas en México, ya que la mayoría de estas producciones son de tipo arábigo que, como se mencionó anteriormente, es una de las plantas que nutre el sistema en el que cohabita.
Se fomenta la profesionalización de baristas, productores, tostadores y demás integrantes de la cadena cafetalera.
La experiencia sensorial es notablemente superior, pues estos granos ofrecen perfiles aromáticos complejos con notas que pueden evocar desde frutas cítricas y bayas silvestres hasta chocolate, nueces o incluso flores, dependiendo de su origen y procesamiento.
Al optar por café de especialidad, el consumidor apoya directamente a comunidades rurales que preservan técnicas ancestrales de cultivo. En Oaxaca, muchas de estas comunidades están conformadas por grupos que han mantenido vivo este patrimonio cultural durante generaciones.
La trazabilidad del producto permite conocer exactamente de dónde proviene cada taza: la región específica, la altitud, la variedad botánica e incluso el nombre del productor, generando una conexión más humana y transparente con lo que consumimos.
Desde una perspectiva nutricional, estos cafés suelen contener menos residuos químicos al cultivarse bajo métodos más naturales y orgánicos, lo que se traduce en una bebida más pura y saludable.