Malinche no es solo un musical, es una experiencia que sacude, cuestiona y celebra.
Bajo la dirección del músico Nacho Cano, esta superproducción que ha conquistado España —con más de 600 mil espectadores—, llega a la Ciudad de México bajo una experiencia sensorial que mezcla flamenco, hip hop, pop, rock, ballet contemporáneo, aromas, agua en escena y una narrativa vibrante que además nos replantea la imagen de una de las figuras más polémicas y fascinantes de nuestra historia: Malintzin, la intérprete, la mediadora y la mujer entre dos mundos.

En esta entrevista, José Manuel Azpiroz, Director de Comunicación de Grupo Elektra, nos cuenta por qué esta producción es una celebración de México que nadie debe perderse.
¿Qué representa para ustedes traer Malinche, el musical, a México? ¿Y qué mensaje buscan transmitir a través de esta historia?
— Es un privilegio traer a los mexicanos un espectáculo de clase mundial. Malinche en España ha roto todos los récords, ha ganado infinidad de premios y la han visto más de 600 mil personas.
Ahora tenemos la oportunidad de traerla a nuestro país y que la conozcan los mexicanos. Además, es una alta producción, de gran calidad, y esperamos que todos tengan la oportunidad de disfrutarla.

¿Cuál fue el reto más importante en la producción y difusión de un espectáculo de esta magnitud?
— El reto principal fue la velocidad en la que se adaptó, se produjo y se estrenó la obra de teatro en México.
Tuvimos la preventa para clientes de Banco Azteca apenas en diciembre del año pasado y la primera función fue el 28 de marzo de este año.
Entonces, el equipo actuó rapidísimo: los productores, Nacho Cano, David Hatchwell y María Laura Medina de Salinas, hicieron un trabajo fenomenal, porque en menos de tres meses adaptaron el Frontón México, montaron un escenario de 48 metros de frente y 14 metros de fondo, con pantalla gigante, con 60 artistas, 80 personas de producción… todo en tres meses. Así que ese fue el reto más impresionante.

La obra mezcla flamenco, pop, rock, ballet, ¿cómo ha recibido este enfoque artístico el público mexicano?
— Lo han disfrutado. No es una clase de historia de México.
Está basado en hechos históricos, pero al final del día es un musical con mucha música, grandes voces, baile y una historia de amor, todo bajo el talento de un genio como es Nacho Cano, quien es un ícono de la música en España y en América Latina y produjo algo sensacional en cuanto a nivel técnico de producción, artístico, musical, de letras y de baile.
Tenemos, por ejemplo, al mejor bailarín del mundo. Entonces, se van a sorprender mucho porque hay flamenco, pero también hay hip hop, un poquito de todo.

¿Qué tan importante es la experiencia inmersiva para conectar emocionalmente con la audiencia?
— Creo que el espectador cada vez es más exigente para vivir una experiencia 360.
Ya no basta con ir a ver una buena puesta en escena. Ahora toda la experiencia tiene que ser especial, y esto es desde el lugar en donde se lleva a cabo el espectáculo.
El Frontón México es una belleza arquitectónicamente hablando y visualmente es atractiva. La gente puede pasar un tiempo antes y después del espectáculo tomándose un trago y disfrutando de una especie de bar.
En sí, la experiencia no es únicamente el espectáculo, sino el complemento: el antes y el después.
Y durante el espectáculo, pues estamos hablando de mucha música, luces, una pantalla gigante de 30 metros de largo —inmensa—, con una producción brutal.
Escuchas y hueles aromas, y hay agua en la puesta en escena, explosiones… una producción muy grande que le da sustento y respaldo también a la narrativa.

¿Cómo fue la colaboración en esta nueva etapa?
— Padrísimo. Mira, la historia es muy sencilla. Ricardo Salinas Pliego y María Laura Medina de Salinas vieron la puesta en escena de Malinche en Madrid, España, se enamoraron de la producción, se tomaron un café o un tequila con Nacho Cano y ahí le dijeron: “hay que traerla a México y llevarla al mundo”.
Fue así como se pusieron de acuerdo y decidieron traerlo. Nacho Cano es un enamorado de nuestra tierra, llevaba 14 años estudiando la época de la Conquista.
Es un tipo muy apasionado, clavado en la historia, e hizo una sinergia con Ricardo Salinas y con María Laura Salinas, que también son apasionados de esa etapa histórica y son grandes conocedores.
Entonces se juntaron en un momento ideal, propicio, con intereses comunes, y así es que, como creo, Nacho Cano encontró a los mejores socios posibles en México, que fue la familia Salinas.

¿Qué representa para Nacho Cano poner Malinche en México?
— Estaba muy contento, incluso le daba mucha emoción montar Malinche no solo en la Ciudad de México, sino en el centro, porque el Frontón está a solo unos pasos del Zócalo, cerca de donde ocurrieron los hechos.
La calle de Puente de Alvarado está muy cerquita, la avenida de lo que era el Árbol de la Noche Triste, toda la zona está llena de una mística y un poder histórico brutal. Entonces, también se siente una energía muy padre.
Y al final yo te diría que es un buen pretexto para celebrar a México, que es la mezcla de muchas culturas que hicieron que este país sea lo que hoy es.

La Malinche sigue siendo un personaje que todavía causa controversia y admiración…
— Claro, es un personaje muy polémico. Y aquí no se trata, desde mi punto de vista, de ver la historia entre buenos y malos, entre blanco y negro.
En la historia, como en la vida, siempre hay matices, hay grises. Y hablar de Malintzin o Malinche como una mujer traicionera es no entender la circunstancia, porque hace 500 años no estaba traicionando a México, porque no existía.
La habían vendido como esclava y había un montón de grupos indígenas que estaban viviendo en descontento por la opresión.
La vemos como una traicionera y no como una mujer libre que utilizó su astucia y su talento para subsistir y salir adelante. No se trata de tomar partido, se trata de que hagamos juntos una reflexión.

¿Qué papel juegan ustedes en esta alianza cultural y qué impacto esperan en general con esta temporada?
— Para Banco Azteca es muy importante apoyar el talento, ya sea en el deporte, en la literatura, el arte, y acercarlo a los mexicanos.
Es muy importante que Malinche sea vista por todo mundo. Hay precios accesibles, boletos baratos, vamos a hacer invitaciones a escuelas, tanto públicas como privadas, para que los chicos y adolescentes puedan ver la puesta en escena también hay descuentos para adultos mayores.