Por más de cuatro décadas, junio ha tenido un significado distinto para miles de corredores en la Ciudad de México.
Mientras algunos celebran con desayuno en familia o con un regalo inesperado, otros lo hacen entre pasos, sudor, ritmo cardiaco y una meta de 21 kilómetros.
La tradicional Carrera del Día del Padre vuelve este 15 de junio con un mensaje claro: correr también es una forma de decir “gracias”.

Y es que detrás de cada dorsal hay una razón distinta. Hay padres que corren con sus hijos, hijos que corren por sus padres, y otros que lo hacen para mantenerse en movimiento, recordando que la constancia es uno de los legados más profundos que puede dejar una familia.
Conoce la ruta
El recorrido será el de siempre: desde el Hotel Radisson Pedregal hasta la calle Zacatépetl. Más de 10 mil corredores estarán ahí, desafiando su propio ritmo, su marca personal o simplemente disfrutando del trayecto.
Pero este año, la carrera trae algo especial: una alianza con Lesotris, un suplemento que se ha vuelto popular entre quienes buscan cuidar su movilidad sin frenar su vida activa. Un detalle técnico para algunos, pero un aliado silencioso para quienes saben lo que significa correr sin molestias.

Ejercicio con causa
Además de celebrar la paternidad, la carrera tiene otra motivación poderosa: parte de lo recaudado será destinado al mantenimiento del Bosque de Tlalpan, uno de los pulmones verdes más importantes del sur de la ciudad y hogar de muchos entrenamientos matutinos.
No importa si esta será tu primera vez o si tienes ya una fila de medallas colgadas en casa. Esta carrera no se trata sólo de velocidad, sino de memoria, de ritual, de comunidad.
Y quizás, también, de redescubrir que lo que se hereda no siempre viene en forma de consejos o apellidos, sino de pasos compartidos.