Hay momentos del año que saben distinto. Y si hablamos de México, julio, agosto y septiembre tienen un sabor muy claro: a nuez, a fruta fresca, a historia. A chile en nogada. Y si bien este platillo barroco se puede encontrar en distintos rincones del país, hay lugares que lo elevan a otra categoría. Uno de ellos es Hacienda Santo Cristo, en Atlixco, Puebla, donde el chile en nogada no se cocina: se honra.
A dos horas de la Ciudad de México, esta hacienda boutique del siglo XVI parece sacada de una película de época. Desde que se cruza la entrada principal, uno siente que el tiempo se detiene.

Es un oasis de calma, arquitectura virreinal, jardines floridos y hospitalidad sincera. Pero además, es un lugar donde la gastronomía es parte esencial de la experiencia. Y en temporada de chiles en nogada, eso se traduce en un festín para los sentidos.
Un hotel que se vive con todos los sentidos
Ubicada en Atlixco, uno de los Pueblos Mágicos más lindos de Puebla, Hacienda Santo Cristo fue rescatada con un nivel de detalle que respeta y realza su historia.
El casco original —con más de 400 años— alberga ocho habitaciones únicas, todas distintas entre sí, con muros gruesos, techos altos y una atmósfera que mezcla elegancia colonial con comodidad contemporánea.

Cada habitación está equipada con aire acondicionado, smart TV, Wi-Fi, baño completo y servibar. Las otras 18 habitaciones, ubicadas en una construcción más reciente, pero perfectamente integrada con el entorno, complementan la oferta del hotel con vista a jardines, acceso directo al spa, la alberca y un segundo restaurante de cocina de autor: Madre Tierra.
El hotel también cuenta con un gimnasio, un spa con tratamientos relajantes y una capilla restaurada bajo supervisión del INAH, ideal para bodas o escapadas románticas con toque espiritual. De hecho, es uno de los venues más cotizados del país para celebraciones: de las 52 semanas del año, al menos 45 están reservadas para bodas.

El protagonista: el chile en nogada
La verdadera razón para planear la escapada ahora tiene nombre y apellido: el chile en nogada tradicional poblano. Pero no cualquier versión. Aquí, el chef Gámez —orgulloso poblano, apasionado por los ingredientes locales— prepara una receta que cuida cada detalle, desde la carne picada a mano hasta el origen de cada fruta.

El relleno combina 70% carne de cerdo y 30% de res, cocida al punto justo para conservar la textura. A eso se le suman frutas de temporada provenientes de Calpan y San Nicolás de los Ranchos: manzana, pera, durazno, plátano macho, y un toque especial de higo cristalizado, que el chef considera su sello personal.
También lleva frutos secos como almendra, nuez, piñón, uvas pasas negras y amarillas, acitrón blanco y un toque de azúcar para equilibrar sabores.
La nogada se elabora con nuez de Castilla fresca, queso de cabra, queso fresco, leche, vainilla y canela molida. El resultado es una salsa suave, ligeramente dulce, con ese color marfil que no necesita adornos para impresionar.
Y sí, aquí se sirve capeado, como dicta la tradición barroca y el gusto poblano. Aunque si lo prefieres sin capear, también puedes pedirlo así. Porque aquí se respeta el origen, pero también se celebra el paladar de cada comensal.

“Cada chile toma más de cuatro horas en prepararse”, nos cuenta el chef. “Pero más que difícil, lo que requiere es cariño. Mucha gente no lo sabe, pero hay que revisar cada uva pasa para que no tenga residuos, picar finamente las frutas, cuidar que las carnes no se cocinen demasiado. Todo eso se nota en cada bocado”.
Comer, descansar y desconectarse
Más allá del plato, el plan es claro: llega el viernes por la tarde, deja atrás el caos de la ciudad y sumérgete en este paraíso donde todo está pensado para consentirte. Puedes empezar con una caminata por los jardines, darte un masaje en el spa, tomar un trago en alguno de los patios y luego sentarte sin prisa a la mesa para descubrir por qué Puebla es sinónimo de riqueza culinaria.

Al día siguiente, disfruta de un desayuno en la terraza, recorre el centro de Atlixco (famoso por sus viveros y su mural floral), y si te animas, explora los pueblos vecinos o incluso el volcán Popocatépetl a la distancia. Pero también puedes simplemente quedarte ahí, descansar junto a la alberca, leer o brindar con una copa de vino mientras cae la tarde.
Porque la verdadera riqueza de este lugar no está solo en sus muros antiguos o en sus platillos impecables, sino en la forma en que te obliga —con gusto— a bajar el ritmo, a saborear, a mirar con calma.

La invitación está hecha
“Vengan a Puebla, vengan a Atlixco, vengan a probar este chile en nogada que es, sin duda, uno de los mejores del estado”, nos dice Alejandro Montiel, director general del hotel. Y tiene razón. Porque hay muchas formas de vivir México, pero pocas tan sabrosas, románticas y memorables como ésta.

Recomendación: Reserva con tiempo. Las habitaciones del casco antiguo son muy solicitadas y, durante la temporada de chiles en nogada, se llena rápido. ¿Mi recomendación? Planea una escapada de fin de semana con tu pareja. Comerás delicioso, descansarás mejor que nunca y volverás con una historia que querrás repetir cada año.
Temporada del chile en nogada: Disponible de julio a septiembre.
Ubicación
Hacienda Santo Cristo, Atlixco, Puebla
Instagram: @haciendasantocristo
Chef: @chefgamez