Para quienes aprecian la buena mesa, saben que un buen vino potencia la experiencia de comer porque funciona como un puente sensorial: realza los sabores, equilibra texturas y completa emociones.

Cuando un vino está pensado para acompañar la comida, cada sorbo puede intensificar sabores sutiles, equilibrar la grasa, refrescar el paladar y hasta reforzar el carácter de un platillo.
En el caso de El Tigre Silencioso, los Vinos del Tigre no solo complementan, sino que elevan la cocina norteña, honesta y poderosa, amplificando la identidad y la intención de cada preparación.

El restaurante cumple tres años y lo celebra con el lanzamiento de tres nuevos vinos de la casa, creados en colaboración con Bodega Aborigen y el enólogo Lucas D’Acosta, pensados desde la raíz para maridar con la cocina norteña, honesta y poderosa que define al lugar.
La propuesta se llama Vinos del Tigre y está compuesta por un blanco, un naranja y un tinto, cada uno diseñado para convivir con los sabores, el ritmo y la identidad del restaurante. Son vinos que buscar acompañar el corazón del Tigre: la cocina de David Castro Hussong, que se sirve con carácter, precisión y sabor.

Las etiquetas
Blanco del Tigre: Una mezcla de Chenin Blanc, Chardonnay y Ugni Blanc, fermentada con lías en barricas de 500 litros durante cuatro meses. Seco, amable y con buena acidez, este vino marida con platos que llevan una grasa sutil como las empanadas de espinacas o el fideo con camarón. Colaboración con Silvana Pijoan.
Naranja del Tigre: Un Palomino con dos semanas de maceración y remontado oxidativo. Especiado, con estructura y presencia. Perfecto para platos intensos como el pulpo con pipián de aceituna o el atún con mantequilla avellanada.
Tinto del Tigre: Grenache del Valle de San Vicente, sin barrica, fermentado en acero inoxidable. Frutal, fresco y ligero. Se sirve un poco más frío y hace buena mancuerna con carnitas, costillas o tacos con salsas especiadas.
Estos vinos no se encuentran en ningún otro lugar. Son exclusivos de El Tigre Silencioso y responden a la misma lógica que guía su cocina: atención, identidad y cariño por el trabajo bien hecho.
Además, esta trilogía enaltece la filosofía del restaurante al integrar el compromiso con la región y un enfoque emocional en cada botella.
Las tres etiquetas fueron concebidas en colaboración con Bodega Aborigen y Lucas D’Acosta, enfocadas en traducir en vino la esencia de la cocina norteña y el estilo distintivo de El Tigre, un lugar que desde su apertura se ha consolidado como referente de autenticidad y calidad.