Aunque la distancia entre México y Argentina sea de más de 7,000 kilómetros, el viaje merece la pena. Apenas aterrizar en Buenos Aires, la experiencia comienza con una parrilla humeante en el barrio de Palermo o con la adrenalina de un superclásico en la Bombonera o el Monumental. Dos símbolos culturales —el asado y el fútbol— que cuentan la esencia de la identidad argentina.
El asado: ritual y tradición
Más que una receta, el asado es un ritual que combina fuego, carne y encuentro social. Desde la época colonial, los gauchos de La Pampa perfeccionaron la técnica: carne de calidad, sal gruesa y brasas de leña o carbón. Con el tiempo se incorporaron clásicos que hoy son parte inseparable de la experiencia: el chimichurri, la salsa criolla, la provoleta con orégano o las achuras como chinchulines y mollejas.
Entre los cortes más icónicos destacan la tira de asado y el vacío, cada uno con texturas y sabores intensos. Alrededor de la mesa, amigos, familia y visitantes comparten conversaciones y brindis que hacen del asado una ceremonia de unión.
La tradición parrillera argentina se ha consolidado en el mundo gracias a restaurantes que han llevado el fuego a la alta cocina. Don Julio, ubicado en Palermo y reconocido con estrella Michelin, está en el top 10 de los mejores restaurantes del mundo; su propuesta se centra en novillos jóvenes para asegurar carne de sabor único. A pocas cuadras, La Cabrera combina técnica clásica con un estilo barroco de barrio, y su éxito la ha llevado a abrir más de 30 sucursales en nueve países.
Cada restaurante aporta un matiz diferente, pero todos comparten la misma esencia: honrar la carne argentina y transformar el asado en una experiencia cultural.

El fútbol: pasión que trasciende
El otro gran símbolo argentino es el fútbol. Introducido por inmigrantes en el siglo XIX, pronto se convirtió en fenómeno social y dio origen a clubes históricos como River Plate y Boca Juniors, protagonistas de uno de los superclásicos más vibrantes del mundo.
En las tribunas, los cánticos, banderas y rituales de los hinchas convierten cada partido en una fiesta colectiva. Figuras como Diego Maradona y Lionel Messi son más que futbolistas: son íconos culturales. En Buenos Aires, murales y santuarios rinden homenaje a ambos, mientras que en Rosario, los tours por el “circuito Messi” permiten conocer los lugares que marcaron la infancia del capitán de la Selección Argentina.

Dos pasiones, una esencia
El asado y el fútbol son dos lenguajes universales que definen la identidad argentina. Entre el humo de la parrilla y el grito de un gol, el visitante descubre un país donde la gastronomía y la pasión deportiva se entrelazan para contar su historia.
Quien visite Argentina encontrará en estas experiencias la esencia más pura del destino: hospitalidad, tradición y emoción. Para planear el viaje y vivir estas pasiones de cerca, basta con consultar Visit Argentina, la plataforma oficial de turismo del país.